miércoles, 23 de marzo de 2011

El "eslabón más débil" entra en guerra

La situación del Oriente próximo es cada vez más complicada. El presidente Zapatero ha metido a España en un avispero del que va a ser muy difícil salir. El gran problema, como siempre, es el Islam, algo que ya he explicado en el libro «La quinta invasión. Islamismo 711-2011», y que los hechos confirman en cada una de estas pretendidas "revueltas democráticas". En Egipto votaron ayer masivamente a favor de reformar la constitución con los nueve artículos elaborados por un comité de expertos en su mayoría miembros de la Hermandad Musulmana, lo que convierte Egipto en un Estado islámico de facto. Todos aquellos candidatos que tanto gustaban en Occidente han sido barridos y a El Baradei incluso lo apedrearon los islamistas cuando fue a votar. El Artículo 2 de la Constitución afirma que la justicia emana de la sharia, y el 77% apoyó las reformas de los Hermanos Musulmanes, dejando un residual grupo de dirigentes del partido Democrático Nacional (el de Mubarak) y desapareciendo cualquier opción mínimamente democrática y liberal. En Síria el gobierno asesinó ayer, miércoles 23 de marzo, al menos a otras 100 personas en la localidad de Deraa, y en Yemen el gobierno mata a medio centenar. En Bahrein ya hay un centenar de desaparecidos y decenas de muertos, mientras Arabia Saudí y Emiratos Árabes envían tropas para ayudar en la represión y la ministra Trinidad Jiménez lo justifica. Y en Palestina Hamas e Israel han reanudado la guerra abierta en Gaza, con masacres por ambos bandos. Afganistán, Sudán, Marruecos y el Sáhara... no hay lugar donde reine el Islam que no termine en baño de sangre.



Se multiplican las incoherencias y ya nadie entiende para qué nos metemos en esa guerra civil. El viernes 18 de marzo, el presidente Zapatero ante Ban Kimoon decía que el objetivo era echar a Gadafi del país (algo que repitieron en cadena otros como José Blanco); ayer, en el Congreso, descartaba derrocar al tirano porque la resolución 1973 solamente es para proteger a la población civil. Un concepto, este de "civiles desarmados", que nada tiene que ver con el ejército insurgente, pero que en Europa mezclamos con pasmosa alegría. Cada vez que alguien defiende los ataques sobre Libia repite lo de "genocidio" y "bombardeos sobre manifestantes pacíficos", algo que, amén de infinidad de testimonios en contra, desmintieron tanto los militares rusos que monitorizan con satélites el país como la propia misión técnica enviada por la Unión Europea a Trípoli. Nos hablan de fosas comunes que resultan falsas y nos cuentan que los pacíficos civiles desarmados pierden en combate hasta un caza Mig 23.

Por otro lado y aunque Al Qaeda tenga orden de mantener un perfil bajo, imitando la estrategia de Hermanos Musulmanes en Egipto, se empieza a ver claramente que el yihadismo es la voz cantante de la guerra civil libia. A ello hay que sumar la personalidad de Gadafi, un auténtico padre de terroristas, que conoce muy bien España y su gobierno, y sabe que para sacarnos de cualquier conflicto -con Zapatero de presidente- basta un pepinazo como los del 11-M contra "el eslabón más débil"(1). Esperemos que no se cumplan las palabras proféticas de Abdennur Prado, presidente de la Junta Islámica Catalana: "Ama la destrucción a Zapatero, la masacre, la guerra, la ignominia... Tendrán su 11-M". En todo caso, "tendremos"(2), como tenemos los gobernantes que merecemos.

NOTAS:
1) La expresión "el eslabón más débil" fue la utilizada por Al Qaeda en el documento noruego, de 2003, una circular interna que instaba a atacar España con uno o dos golpes terroristas como eslabón más débil de la coalición que derrocó a Sadam Husein.

2) Es característica bastante habitual entre mahometanos -especialmente si son conversos y cobran subvenciones de los infieles- renegar de su nacionalidad anteponiendo su pertenencia a la Umma, "la comunidad de los creyentes". Por esto "tendrán" en lugar "tendremos". Esta desafección, sin embargo, no les anima a irse a vivir a algún paraíso islámico como Yemen, Afganistán o Irán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Evite insultos, guarde las mínimas normas de etiqueta y respeto a los demás sin por ello restringir las críticas por duras que sean. No se permite el spam, las técnicas troll ni la suplantación de nick.
Lo otro, las opiniones: cada cual es responsable de las suyas.

Archivo del blog

Datos personales