El País asciende al Dalai Lama a Buda

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Hubo un tiempo, queridos niños, en que el diario El País era una referencia de seriedad, o al menos así lo recuerdo. Los reportajes y artículos en profundidad se leían con la confianza de que los redactores hacían su trabajo, documentándose y siendo rigurosos. Eso fue hace mucho mucho tiempo.
Titulan hoy a todo trapo: "La reencarnación de Buda se hace demócrata".

Y rematan en el interior con frases como: "Tenzin Gyatso, que fue reconocido como la XIV reencarnación de Buda" o "Dalái Lama... la reencarnación de Buda. Es decir, dios mismo".
Dalai Lama no es la reencarnación de Sidharta Gautama, el Buda (el Iluminado), el único Buda y que desde luego nunca ha pretendido ser dios, ya que -por definición- cuando alguien alcanza la situación de buda sale de la rueda de la vida y deja de reencarnarse. Es reencarnación de un bodhisattva (un santo, según parámetros occidentales), alguien que está en camino de alcanzar la iluminación como lo estuvo el propio Sidharta Gautama antes de llegar a ella. El Dalai Lama actual es Tenzin Gyatso,  reencarnación del XIII Dalai Lama, Thubten Gyatso (1876-1933), reencarnaciones a su vez del primer Dalai Lama, Sönam Gyatso, el maestro de Gengis Kan. Todos ellos, por último, son emanación de Avalokiteshvara, el bodhisattva de la compasión, que históricamente fue un discípulo de Buda.