Un tipo al que nadie conoce hace una película casera que nadie ha visto, en la que presumiblemente cuenta anécdotas muy conocidas sobre el fundador de la primera secta islámica. Como resultado un montón de muertos. El embajador de EUA en Libia torturado, sodomizado y asesinado (lo cuenta el Washington Times). Lo de siempre en el islam. Solo en agosto pasado los islamistas asesinaron a casi 1.000 personas e hirieron gravemente a unas 1.500. Casi todas las víctimas eran musulmanas, a destacar las bombas suicidas sunitas contra chiíes en Irak o los ataques contra mujeres y niños en Afganistán. El mes anterior fue igual, y el siguiente será lo mismo. Cada mes hay entre cinco y diez 11-M para mayor gloria de la religión de paz, y las muertes atribuidas, falsamente, a supuestas reacciones por un vídeo casero que nadie ha visto, son apenas una decena entre miles. La cuestión se reduce a que, cada día, miles de individuos salen a la calle convencidos de que pueden quitar la vida a cualquier persona en nombre de su dios, el islam o el camello de Mahoma, da igual. Quitar la vida, decidir que otro debe morir, matar a un ser humano para que ellos puedan ponerse culo en pompa.
Hillary Clinton afirma que ese vídeo que no ha visto es "repugnante". Supongamos que lo sea, ¿y qué? Más claro lo ha tenido el presidente de Egipto, que habla de "crímenes contra la Humanidad" (el vídeo que no ha visto, no los asesinatos). Hillary Clinton, sobre el asesinato del embajador, se pregunta: "¿Cómo pudo pasar en un país que ayudamos a liberarse?". El desconcierto de la administración Obama es absoluto. Mientras en Europa tenemos una legión de progresistas adoradores del Nobel de la paz, que defienden la primavera islamista, papeles para todos, alianza de civilizaciones y puertas abiertas para cualquier inmigrante, el cuadragésimo cuarto presidente de USA no solo ha mantenido Guantánamo (junto a decenas de prisiones secretas, en su mayoría navales) y se ha metido en media docena de guerras, sino que ha sido el único presidente capaz de convertir una gran victoria en una derrota humillante, pactando con los talibanes. Pero es progresista, o eso dicen los de la conjunción planetaria, solo él podía expulsar en sus primeros tres años a 1,2 millones de inmigrantes ilegales hispanos (1), más que ningún otro presidente desde los años 50. Hay que imaginar las reacciones de los invictus ante un Mariano Rajoy que expulsara de España a 1.200.000 inmigrantes sin papeles, la niña del exorcista sería un encanto a su lado.
Barak Hussein Obama tiene el récord absoluto de expulsión de inmigrantes y gravísimas responsabilidades por cómo deja Iraq, Afganistán y todo Oriente Medio. La política del desistimiento tiene siempre consecuencias. Las veremos en unas inminentes elecciones donde, por un lado, ya es tarde para que Obama rectifique, y por el otro, las presiones del ala más dura forzarían al candidato Romney a extremar sus posiciones. Pero todo ello carece de importancia, las elecciones americanas se ganan cuando Michelle Obama irrumpe en televisión diciendo que su marido es muy bueno y lo quiere mucho. Fin de la historia.
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