Llegó el verano. Tiempo de dietas absurdas, de adictos al melanoma y serpientes de verano (en la Albufera de Valencia ya andan buscando un siluro), pero sobre todo, tiempo de guerra. Además, con la actual situación, es tiempo de distracciones, si no hay fútbol hay Gibraltar, o encapuchados que se jubilan a los 42 con 2.700 euros descarrilando trenes y lanzando cohetes contra guardias civiles mileuristas. Lo normal en el showbiz, hay que alimentar dos informativos al día.
Pero desde antes de Numancia el verano es sobre todo para la guerra. Los numantinos aguantaron 20 años al imperio, los romanos se retiraban cada año con el frío a sus cuarteles de invierno y volvían con las golondrinas. Napoleón perdió la Grande Armée por el frío, como Hitler. Con el siglo XXI, internet, no hay mejor estación para soltar a los perros de la guerra. Así es como esta segunda Restauración española ha podido meterse en innumerables guerras exteriores, sin que se note, matamos pero poquito, con talante, bombardeos pacifistas y tiros humanitarios.
Hace un par de semanas publiqué en esta misma columna que el Ejército sirio estaba bombardeando Houla, y que habían matado a 108 personas, 49 de ellas niños muy pequeños, 32 mujeres, tal y como informó toda la prensa occidental. Era mentira. Otra vez.
La calima del estío pasado seguía friendo neuronas europeas mientras la OTAN bombardeaba sin piedad a la población civil de Sirte, en Libia. Ni la presión de todos aquellos "no a la guerra" que ahora eran "sí a la guerra" podía frenar el escándalo; mucho menos el más corrupto e inmoral de los organismos internacionales, la ONU, que mandaba observadores para tapar el asunto. Así que, como por ensalmo, se halló providencialmente la fosa común «con los restos de la mayor matanza de Gadafi» (diario El País, 26 de septiembre de 2011). El "gobierno interino", decía El País, «pide ayuda internacional para identificar 1.270 cadáveres». La OTAN, la ONU, y el "gobierno interino" (esa alianza entre Al Qaeda, tribus antigadafistas, capitostes gadafistas reciclados y Occidente), encontraron la ayuda que demandaban. El mismo día que El País publicó la noticia, 26 de septiembre, la CNN aclaraba que el "gobierno interino" admitía que los huesos identificados no eran humanos, sino de camello. Los dos enviados especiales en Trípoli de Libération y Le Figaro terminaron de desvelar la manipulación al completo, los cuerpos humanos mostrados ante las cámaras fueron desenterrados del cementerio municipal por miembros del CNT, y lo único enterrado en la "fosa común" eran camellos.
En España ni siquiera hubo rectificación, ¿para qué? Era una más, y la acumulación de mentiras provoca saturación en los ciudadanos europeos. Empezó la cosa el 21 de febrero, cuando William Hague, Ministro de Exteriores británico, declaró ante la prensa en Bruselas que Gadafi había huido a Venezuela. La agencia gubernamental EFE hablaba de que «Gaddafi y todos sus hijos han huido del país», y las agencias árabes, como Al Arabiya y MBC, daban por muerto al dictador. El 23 de febrero se difundieron imágenes de un vídeo mostrando una fosa común con supuestas víctimas de Gadafi, decenas de hombres ante fosas vacías fueron la prueba. El 3 de marzo El País publicaba su "rectificación", «El régimen libio se sacude su "fosa falsa"», que se trataba del cementerio de Trípoli con fosas normales, unas vacías, otras llenas, y los empleados habituales haciendo su trabajo.
Maurizio Matteuzzi, periodista enviado especial a Libia, estuvo en el cementerio de Trípoli y comprobó in situ la mentira. Del mismo modo ocurrió sobre los supuestos bombardeos de civiles en Trípoli por parte de Gaddafi, dejando un saldo –supuestamente- de 250 muertos. Mentira. Las fosas comunes en Tadjoura... mentira. El distrito de Fascilum y otros distritos de la capital bombardeados... mentira (gloriosa la llamada telefónica a un médico de Fascilium, cuando se suponía que el armagedón caía sobre su barrio, y el hombre estaba tomando un café en una terraza sin saber nada de bombas). «Los rebeldes han conquistado el aeropuerto militar de Mitiga»... mentira, el aeropuerto estaba tranquilo y vigilado por guardias.
La guerra estaba decidida antes de empezar, eso sí, guerra "humanitaria". Como dijo el ministro José Blanco: «vamos a liberar al pueblo de Libia» (léase "el petróleo de Libia"). El País publicaba el 6 de marzo su visión del asunto bajo el titular: «Apoyo de la mayoría a favor de una intervención militar en Libia», que comenzaba de esta guisa: «Los ciudadanos están decepcionados por la forma en que la Unión Europea ha actuado respecto a la revuelta democrática en Libia». Un día después, 7 de marzo, el diario más progre del panorama hispano, que miente incluso en su cabecera, El Plural, había fijado opinión en un artículo firmado por Luis Solana, de título: «Debemos intervenir en Libia» (no lo busquen, lo han borrado). Aquel canto a la masacre, humanitaria, comenzaba con un párrafo para enmarcar:
«Debe quedar muy claro que una persona de izquierdas siempre acepta la violencia para proteger la indefensión. Eso de que la izquierda es pacifista, es cierto; eso de que la izquierda no sabe usar un arma cuando aparece un asesino, es falso. En Libia ha empezado una matanza de gentes que quieren libertad. En España tiene que iniciarse un movimiento para pedir que nuestros soldados intervengan con sus armas para evitar un asesinato en masa».
Para lo único que intervinieron nuestros soldados fue para que Francia y Reino Unido tuvieran acceso al petróleo libio, que por distintas razones tenían vetado, al contrario que España, con estupendas relaciones comerciales y un 10% de nuestro combustible directamente importado.
Ahora tenemos a Siria en plena guerra civil. Los "demócratas" primaverales luchan contra el gobierno de Assad, y las peticiones públicas de intervención internacional aumentan. Siempre avaladas por atrocidades de telediario, como la matanza de Houla, siempre cuerpos destrozados de niños expuestos para mayor gloria de nuestros informativos.
Houla es una región con 75.000 habitantes distribuidos en tres ciudades, y está gobernada actualmente por el Ejército Sirio Libre, los insurgentes, una milicia dirigida exclusivamente por extranjeros, y compuesta mayoritariamente por extranjeros yihadistas venidos de todo el ámbito suní, armados por Occidente bajo la tutela de Turquía, Arabia Saudí y Qatar. Los combatientes locales fueron reclutados entre la delincuencia común que, dependiendo de los fondos disponibles, se dedican al yihad o a sus habituales tareas pero con las armas proporcionadas por Occidente, siempre y cuando lo hagan contra chiís y alawís. Uno de los más lucrativos negocios de la insurgencia era el secuestro de niños no chiís, pero cuando sus familias ya no pueden pagar los niños son violados y asesinados.
El centro neurálgico de Houla es la ciudad de Tal Daw. En cuanto los rebeldes controlaron el enclave situando baterías anti tanque, procedieron con sus prácticas primaverales: asesinar a todo no chií. Las familias de 2 periodistas de Top News y New Orient Express fueron ejecutadas, previa violación de mujeres y niños. La familia del diputado Abd Al-Muty Mashlab fue exterminada, doce personas, violadas y asesinadas, como la familia de un oficial del Ejército sirio, Muawyya al-Sayyed. Las familias de origen suní convertidas al chiísmo corrieron la misma suerte. Esos son los civiles que el ESL presentó al mundo como masacrados por el gobierno Assad.
En realidad los rebeldes del ESL no conseguían hacer retroceder al Ejército desde Tal Daw, así que pergeñaron una operación mediática para ganar en los telediarios lo que no ganaban sobre el terreno. Atacaron entonces el hospital Al-Watani, quemándolo y destruyéndolo completamente, para acusar de ello al gobierno. Los cadáveres de la morgue fueron profanados y llevados a la mezquita junto a las familias asesinadas por ellos mismos.
Las fuentes alternativas a los grandes medios toman de nuevo la iniciativa periodística. La agencia de prensa católica Vox Clamantis fue la primera en dar la voz de alarma y acusar a los rebeldes (1). Después llegó el reportaje de 45 minutos realizado por el canal ruso de información Rossiya 24, que tuvo la suerte de ser el único en poder filmar sin la vigilancia rebelde, y del que se pueden leer algunos extractos traducidos al inglés (2). Algunos especialistas de grandes medios empiezan a destapar el asunto, como John Rosenthal en la National Review (3). Siria no es Libia, puede ser infinitamente peor, y Occidente no debe ser cómplice de semejante barbarie.
1) Vox Clamantis: Fractionnements irreversibles en Syrie? http://mediawerkgroepsyrie.wordpress.com/2012/05/27/fractionnements-irreversibles-en-syrie/
2) The Houla Massacre: Opposition Terrorists "Killed Families Loyal to the Government" http://www.voltairenet.org/The-Houla-Massacre-Opposition
3) Report: Rebels Responsible for Houla Massacre, By John Rosenthal http://www.nationalreview.com/corner/302261/report-rebels-responsible-houla-massacre-john-rosenthal#
lunes, 25 de junio de 2012
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