martes, 12 de abril de 2011

Côte d'Ivoire: Francia y la ONU con los asesinos

 La guerra civil en Costa de Marfil, o Côte d'Ivoire, pasaba sin pena ni gloria en los telediarios hasta que se han destapado terribles masacres de civiles, quemados vivos en muchos casos, niños soldado, fosas comunes y todo tipo de atrocidades cuyo responsable es, precisamente, el bando apoyado por Francia y la ONU. La única ayuda para la población civil es, en estos momentos, la de misioneros cristianos y organizaciones como Manos Unidas o Ayuda a la Iglesia Necesitada. Según Human Rights Watch, las fuerzas leales a Alassane Ouattara han avanzado de manera sistemática, un pueblo tras otro, asesinando a centenares de civiles, violando decenas de mujeres y niñas e incendiado al menos 10 pueblos en el oeste de Costa de Marfil. Una campaña de terror en la que se mata a campesinos en sus casas, en el campo o cuando huían a esconderse de los rebeldes. Así que es obligado explicar lo que está pasando en la invasión y guerra de Côte d'Ivoire.

Costa de Marfil ha sido colonia francesa desde 1893 hasta 1960. Su primer presidente, Houphouët-Boigny, un títere de Francia, incluso había sido anteriormente ministro francés. Alassane Ouattara, el actual contendiente, fue primer ministro de Houphouët-Boigny. A la muerte del padre de la patria tomó el poder uno de sus diputados, Henri Konan Bédié, derrocado 6 años después por los militares, con el general Robert Guéï al frente. El gobierno militar fue un desastre, especialmente para los más humildes por el deterioro de la economía. Se vieron obligados a convocar elecciones en 2000 pero cuando ganó limpiamente Laurent Gbagbo, el general Guéï se negó a dejar el poder y solo las revueltas populares consiguieron que Gbagbo se convirtiese en presidente, el 26 de octubre de 2000. Laurent Gbagbo ha conseguido mediante una política socialdemócrata convertir Costa de Marfil en uno de los países más prósperos del África tropical, referente mundial en sus producciones de café y cacao, fuertes sectores de telecomunicaciones (6% del PIB) y construcción (5%), una gran industria minera (oro, bauxita y diamantes) y petrolífera, que se ha situado en el puesto 59 de los productores de petróleo, por delante de Bahréin, exportando más de cien mil barriles diarios.


Laurent Gbagbo es historiador, sindicalista, nacido en una familia católica y humilde, de padre policía. Luchó contra el autoritario régimen de Houphouët-Boigny buscando siempre una independencia real respecto a Francia. Al crear las bases de una socialdemocracia fue perseguido y se exilió desde 1980 a 1988, cuando volvió a su país. El entonces primer ministro de Houphouët-Boigny, Alassane Ouattara (el mismo que hoy preside el país), lo hizo arrestar en febrero de 1992 y fue condenado a 2 años de cárcel, liberado seis meses después. El 31 de julio de 1992 Gbagbo salía de prisión. En octubre de 2000 ganó las primeras elecciones democráticas celebradas en Costa de Marfil y fue proclamado presidente.

El 19 de septiembre de 2002 los militares opositores al gobierno, denominados Movimiento Patriótico de Costa de Marfil, montan un golpe de Estado y provocan la guerra civil. Una semana después nacía la Alliance des Jeunes Patriotes, un movimiento nacionalista de jóvenes hasta 25 años que apoyan al presidente Gbagbo contra los golpistas. Los Jóvenes Patriotas cuentan con la simpatía pública de grandes personalidades del país, como Joël Tiéhi, capitán de la selección nacional de fútbol, el cantante de reggae Serge Kassy, o los artistas Gadji Celi, Paul Madys y Wayzé.

El origen del conflicto se encuentra en la avalancha migratoria que ha llevado a que en Costa de Marfil exista un 30% de población extranjera, mayoritariamente musulmana, en un país de tradición cristiana y animista. Esta es la razón que ha llevado al Consejo Constitucional a invalidar más de 500.000 votos (un 10% del total) de regiones del norte, a favor de Ouattara, que como ellos es musulmán e hijo de extranjeros. Gbagbo desarrolló el concepto "ivorité" como un proyecto de unidad nacional, cultural y política, que lograra unir las 56 diferentes etnias que pueblan Côte d'Ivoire. Ello deja fuera del voto a los inmigrantes. En cualquier caso, se trata de un conflicto interno que debe ser resuelto por los propios marfileños, sea cual sea su creencia o ideología, sin nada que ver con las grandes excusas occidentales, tipo "democracia", que en este caso solo sirven a intereses galos.

En 2004 Gbagbo lanza una ofensiva sobre las tropas rebeldes del norte, el presidente Jaques Chirac, reconocido admirador de Houphouët-Boigny y enemigo de Gbagbo (apoyado por los socialistas franceses), decide destruir la fuerza naval del ejército marfileño y provoca que toda la comunidad gala en Abidjan sea tenida por objetivo. Gbagbo financia entonces, de forma directa, a los Jóvenes Patriotas, que realizan diversos ataques incruentos contra intereses franceses. En 2005 Nicolas Sarkozy ya es ministro de Interior, y en 2007 presidente de la República... y en 2011 la venganza es un plato que se sirve frío.

Alassane Ouattara, al contrario que Gbagbo, es un político de derecha, de familia pudiente y musulmana, estudió en USA, siempre en perfecta sintonía con su amigo íntimo Nicolas Sarkozy y con los intereses económicos de Francia en África. De origen burkinés, fiel a Houphouët-Boigny y a Francia. Hombre silencioso con contactos, así lo describe The Independent, discreto, sigiloso y con conexiones de primer nivel internacional. Fue director adjunto del FMI. El mismo Nicolas Sarkozy, cuando era alcalde de Neuilly, ejerció de oficiante para casarle con una francesa, Dominique Nouvian, en dicha localidad y en presencia de su amigo común Martin Bouygues, presidente de la multinacional gala Bouygues (124.000 trabajadores en 80 países y 22.000 millones de euros en ventas). Echen un vistazo a la página web de Bouygues, así como a su presencia mundial
“Nicolás Sarkozy y Alassane Ouattara son amigos personales. El presidente francés fue quién ofició la boda de Ouattara en París. Aunque lo que ha provocado el conflicto no es tanto esta amistad, sino los deseos de Francia de robar los recursos de los marfileños”. -Paul Ambohalé Ayomán, embajador de Costa de Marfil en España
Y llegaron las elecciones
Se celebraron, por fin, después de dos años con Gbagbo mareando la perdiz, intentando acabar primero con los terroristas musulmanes del norte. El día 3 de diciembre, el presidente Gbagbo fue proclamado vencedor por el Consejo constitucional, con el 51,45% de los votos. Previamente, una organización no oficial, la Comisión electoral independiente, había dado como resultado la victoria de Ouattara, con el 54,1% de los votos. Ouattara, musulmán en un país de mayoría cristiana y animista, tenía el apoyo de los rebeldes del norte, de los mercenarios extranjeros (Liberia), de la inmigración musulmana (él mismo es burkinés)... y de Francia. Ouattara ha sido elegido con resultados que el experto en cuestiones militares del semanario Marianne, Jean-Dominique Merchet, denomina "soviéticos", dado que allá donde Ouattara tiene a sus asesinos a sueldo no hay nadie que vote en su contra.

Tras días de asedio y matanzas, las fuerzas especiales francesas, la artillería de la ONU y el ejército rebelde de Ouattara capturaron en su despacho a Laurent Gbagbo. Las imágenes de la aviación francesa bombardeando una sede presidencial africana quedan ahí para la historia de la infamia, y los cuerpos especiales franceses cazando un presidente, también, por más que ahora quieran reescribir la Historia. Lo primero que ha dicho el ya nuevo presidente Ouattara es: "He pedido al ministro de Derechos Humanos que inicie un proceso judicial contra Gbagbo, su mujer y sus partidarios". Así que ahora, la ONU y Francia olvidarán que el autor de las matanzas a civiles fue Alassane Ouattara, y a otra cosa mariposa.

NOTA: En la foto, la ex primera dama de Côte d'Ivoire, Simone, esposa de Gbagbo, siendo humillada por los mercenarios de Ouattara.

1 comentario:

  1. No hay nada peor en esta vida que el que te mate no sea americano, morirás igual pero en la más absoluta de las indiferencias.

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