Ya tenemos fallo para el Recurso de Casación Nº:10256/2010 P del Tribunal Supremo. La Sentencia Nº: 1.140/2010 con fecha 29/12/2010 por la que se condena a los islamistas del Raval que estuvieron a punto de provocar una masacre en el Metro de Barcelona. Una vez más se dan todos los elementos de la quinta invasión islamista de España. Un grupo legal, el Tabligh, una mezquita española premiada con abundantes subvenciones públicas y privadas, y un grupo de fieles mahometanos dispuestos a inmolarse por Alá para causar el mayor daño posible.
En la tarde del 18 de enero de 2008 se reunía la célula en su Mezquita de la calle Hospital, de Barcelona. Llevaban el material explosivo, preparados para pasar la noche con sacos de dormir. El plan, para el día siguiente, era desatar el infierno en el Metro de Barcelona, elegido por la alta densidad de usuarios y la dificultad de los servicios de ayuda para actuar. Después de realizar distintas oraciones, sobre las 22 horas todos ellos se fueron caminando de dos en dos a la Mezquita de la calle Maçanet, para pasar allí la noche. Sobre las 23,50 horas miembros de la Guardia Civil, provistos de autorización judicial entraron en la Mezquita de la calle Maçanet, y procedieron a su detención.
Una vez más (y van…) si no hubiera sido por la actuación de la Guardia Civil y la Policía española, estaríamos hablando en términos mucho más dramáticos. Centenares de personas que hoy pueden leer estas líneas no estarían entre nosotros y un grupo de mahometanos, en nombre de Alá, estarían criando malvas o buscando sus 72 vírgenes. Como en casos anteriores, las calles de la ciudad condal se llenaron de simpatizantes de los islamistas para apoyarles y protestar por lo que consideraban una conspiración en su contra. Entre ellos, además de familiares y amigos, había una buena representación de ciudadanos aquejados del Complejo de Dhimmi.
¿Por qué la quinta invasión?
En 2011 se cumple el 1.300 aniversario de la primera invasión musulmana de España. Tres siglos y medio después llegó la segunda, los almorávides. A mediados del s. XII la tercera, los almohades. Y a mediados del XIII los benimerines. Actualmente vivimos la quinta, con especial virulencia en Cataluña, Valencia, Murcia o Madrid, aunque es un problema mayor, europeo, americano, africano y asiático, cada cual con sus propias características y un solo denominador común: el Islam.
En ámbitos islámicos se habla de la Tercera Yihad, e incluso hay una buena película sobre ello: The Third Jihad. La Primera Yihad sería la original, en el s. VIII, frenada por el imperio Carolingio, y que en la península ibérica daría pie a la Reconquista.
El año 622 dC se constituye el primer Estado islámico en Medina, que en el mundo musulmán se conoce como el año primero, la Hégira. Es un acto político: la transformación de una secta en Estado totalitario, y de un líder espiritual en señor de la guerra. Entre 634 y 643, los árabes musulmanes conquistan y someten la península arábiga, las regiones de Siria, Mesopotamia y Egipto; en 644 cae Libia, y en 649 conquistan Chipre, comenzando sus ataques a las costas mediterráneas del norte. Entre 642 y 650 se somete el otrora gran imperio de Persia. En 670 invaden Afganistán, exterminando una fortísima resistencia. Hasta el año 700 resiste la reina Dihya, o Kahena, en el Norte de África, logrando expulsarlos hasta lo que hoy es Libia, reuniendo bajo su mando distintas tribus bereberes. Para el 711 han arrasado las culturas del actual Magreb, libios, númidas, bereberes, etc., y empieza el asalto a Europa.
La Segunda Yijad iría desde la caída de Constantinopla en 1453 hasta cuando se les frena a las puertas de Viena, el 11 de septiembre de 1683. La Tercera Yihad comienza otro 11 de septiembre, pero de 2001.
Yihad en España
Posteriores al 11-M, ha habido 22 grandes operaciones contra islamistas en España, 10 de ellas en Cataluña. Los 3 macrojuicios posteriores al 11-M han sido contra células catalanas. La policía tiene controladas unas 600 posibles células terroristas, y los tribunales están encausando 4 ó 5 grupos por año, habiendo detenido a unos 200 terroristas islámicos desde 2004. En España hay unas mil mezquitas controladas, de ellas un centenar claramente extremistas. Existen además unas 30 madrasas o lo que eufemísticamente se llama escuelas rigoristas. En la actualidad siguen la directriz que marcó Al Qaeda en 2008, instando al yihad de baja intensidad, una guerra santa ideológica, política, mediante la creación de redes sociales, agrupaciones, partidos adaptados a cada país y todo tipo de propaganda como por ejemplo los congresos salafistas. Hace un par de años, al iniciar esta etapa, apenas se organizó un congreso en Reus, pero durante el pasado año ya se celebraron diez: tres en Rosas, dos en Torredembarra, uno en Vizcaya, en Trápaga, otro en Vilanova i la Geltrú, uno más en Balaguer, otro en Vic, y el último de momento el pasado junio en Guadalajara.
El yihad o la yihad (ambas formas son correctas) no es una hipótesis en España, ni un futurible. Estamos inmersos en esa guerra y la padecen igualmente españoles de todas las tendencias o credos, musulmanes y ateos, cristianos y agnósticos. Es una lucha ideológica entre dos concepciones del mundo, una liberal y la otra totalitaria.
Quién es un dhimmi
Dhimmi es el estatuto de ciudadano de segunda clase vigente en el medio centenar de dictaduras islámicas, el último apartheid legal junto al que hace de la mujer un ser disminuido propiedad del varón. El dhimmi paga a los amos musulmanes un chantaje (un impuesto) por existir. La dhimma (contrato) fue establecida por Mahoma en el 628 dC y sigue vigente hasta hoy. Hay multitud de organizaciones internacionales pro derechos humanos luchando por abolirla, a imagen de lo que se hizo respecto a la esclavitud o la segregación racial.
El complejo de dhimmi
Es un modo de describir la actitud conciliadora, el complejo casi suicida, que suele darse entre personas civilizadas respecto a la dictadura islámica. Complejo de dhimmi es un sometimiento voluntario al tirano, parecido al síndrome de Estocolmo pero absolutamente voluntario. Pérez-Reverte lo retrató en una frase: «La escalofriante sonrisa de las ratas dispuestas a congraciarse con el verdugo». Es humanamente comprensible que se acepte la dhimmitud impuesta por la fuerza, como es el caso de los coptos en Egipto, los esclavos en Arabia Saudí, o cualquier no musulmán en un Estado islámico. Lo que resulta especialmente repugnante es el dhimmi occidental voluntario, pues su falsa equidistancia y un relativismo nihilista le llevan, indefectiblemente, a ser cómplice de la opresión que sufren los ciudadanos en las dictaduras mahometanas, y cómplice necesario para la expansión del imperialismo islámico. La máxima expresión de lo absurdo que resulta un dhimmi occidental es equivalente a la del nazi negro, como ilustra la foto.
Islamismo
Islamismo es la ideología del Islam, una ideología política totalitaria basada en dogmas religiosos que mantiene medio centenar de dictaduras y pretende adueñarse del mundo. Es la última manifestación del totalitarismo del siglo XX. Una ideología política que nace a principios del siglo pasado, cuando el mundo, frente a terribles injusticias, cambió de forma traumática (1890-1930). Surgieron distintos socialismos como el soviético (1917) y el nacional socialismo (1933). A la vez, antes de que Atatürk acabara con él en 1924, el califato otomano provocaba el genocidio de dos millones de cristianos armenios (1915-1917). La caída del Imperio Otomano se traduce en que Inglaterra y Francia, potencias coloniales que se hacen con sus restos, dividan territorios a base de tiralíneas tras la Primera Guerra Mundial, y entre sus amigos conceden a un clan beduino, los saudíes, la mayor parte de Arabia, que gracias al petróleo entenderá el salafismo en su versión wahabí. En esa misma época, en Egipto, Hassan al Banna funda los Hermanos Musulmanes, uno de cuyos ideólogos posteriores, Sayyid Qutb, escribirá en la cárcel Rasgos del Camino, y será ahorcado por el régimen de Nasir. Unos veinte años después asistiremos al nacimiento de todo lo que hoy llamamos islamismo, Al Qaeda, Hamas, Hizbulá, etc.
Al decir islamismo se pretende restringir ese término a terrorismo, pero el 90% del islamismo no es abiertamente terrorista, de modo que el terrorismo es solo un instrumento, como la propaganda, una pequeña parte del islamismo para llegar a un fin mayor y mucho más terrible. Es parecido a cuando alguien inventó lo de terrorismo internacional (alguien con complejo de dhimmi, sin duda), para no decir terrorismo islámico, o cuando George W. Bush acuñó la desafortunada expresión guerra contra el terrorismo, un oxímoron, puesto que el terrorismo es un instrumento, como los tanques, y no se hace una guerra contra los tanques. En palabras de Ben Laden tras los atentados del 11 de septiembre: «Quienes intentan ocultar la verdad evidente de que se trata de una guerra de religión engañan a la nación musulmana».
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