Es un discurso con el sello de South Park. Algunos lo llaman “Best Speech ever”, “World's greatest (movie) speech” o, simplemente, el mundo explicado con capullos, zorras y mariconas, que es la traducción del doblaje español.
“The World Explained with Dicks, Pussies and Assholes”:
“¡Somos unos capullos! Unos capullos asquerosos y arrogantes... y los del gremio de actores, son unas zorras... y Kim Jong Il ¡es una maricona!
A las zorras no les gustan los capullos, porque los capullos joden a las zorras. Los capullos también joden a las mariconas... a las mariconas que solo quieren cagarse en todo. Las zorras creen que pueden tratar con las mariconas a su manera, pero lo único que puede joder a una maricona, es un capullo. Con dos cojones.
El problema de los capullos es que a veces joden demasiado, o joden cuando no viene a cuento, y necesitan una zorra para que lo entiendan. Pero otras veces las zorras se cubren tanto de mierda que también se convierten en mariconas, porque las zorras solo están a un paso de ser mariconas.
Sé que soy poca cosa en este loco, loco mundo, pero lo que sí sé es que si no nos dejan joder a esa maricona, acabaremos ambos, capullos y zorras, todos cubiertos de mierda”
Vale que no será un dechado de finura, y ni siquiera están todos los que son pues faltamos nosotros, el público, pero la descripción es más potente que todos los tratados de Popper juntos. Nada de ciudadanos, somos “público” -a veces capullos, a veces zorras- pero siempre espectadores. Las zorras incluyen entre ellas a los políticos postmodernos cuando despistan disimulando su papel de capullos. Son una rama de los actores en esa obra donde de la Vega, Soraya, Rodríguez o Aguirre se nos ofrecen en negligé, sin zapatos o con calcetines blancos, comandados por un jefe que cuando no hace un “Supervivientes” en la montaña nos regala con “Aló presidente” de cien preguntas y si puede no pisa el Parlamento. De Zerolo el Antecesor, Bibiana, la Magdalena y Aznar mejor ni hablamos. Y Obama, claro, estrella indiscutible, unánime alabanza desde la SER hasta la COPE.
Se gana o se pierde en los medios, como Rajoy negándose a debatir hace cinco años o el folletín del pacto secreto entre Esperanza Aguirre, Pepiño Blanco e Ignacio González, que todo vale contra Marianico el Gris. Somos testigos de un teatro en el que nos roban frases, hurtan escenas y manipulan sentimientos porque el “público” está para hacer de cuervos y soltar el queso graznando.
Las zorras siempre han tenido debilidad por las mariconas. Es como estar entre amigas. Solo que cuando termina la noche las zorras vuelven a casa con los capullos, que en casa no les sirven las mariconas. Y si tienen ganas de queso, saldrán de nuevo buscando graznidos:
"O cuervo tan apuesto, del cisne eres pariente: en blancura, en dono, fermoso, reluciente; más que todas las aves cantas muy dulçemente: si un cantar dixieres, diré yo por él veinte".
Así que, emocionado en su cretinez, el cuervo piensa que "su gorgear plazié a todo el mundo más que otro cantar; creié que la su lengua e el su mucho gradnar alegrava las gentes más que otro juglar". Al final, otra vez, el cuervo canta como una maricona y la zorra se lleva el queso, que el de Hita no escribía en saco roto y aquella Clerecía era mucho Mester.
Graznamos sobre “genocidio” banalizándo. Es verdad que los capullos muchas veces se pasan. Lo tienen fácil. Les basta con decir a las mariconas lo mismo que Clint a Zodiac: “Alégrame el día”. Pero... ¿genocidio?
Genocidio es lo que está ocurriendo en Darfur, genocidio fueron los campos de exterminio soviéticos, el millón y medio de cristianos asesinados impunemente por los turcos en 1.915, el Holocausto nazi, el medio millón de víctimas tutsi de Ruanda en 1.994 y la limpieza étnica en Bosnia.
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