"Los imanes de las mezquitas están haciendo un servicio público y deben ser pagados por la administración" para que su mensaje "no sea incendiario" o en el mismo no haya "cierta influencia" de quien le financia, ha señalado Imad Al Naddad. El presidente del Consejo ha pedido a la administración central y autonómica su colaboración para la buena preparación de los clérigos, ya que es "muy importante para la buena integración de los musulmanes".
El primer toque lo dio la presidenta del Centro Cultural Islámico de Valencia, Amparo Sánchez Rosell, pidiendo el mantenimiento económico de mezquitas y las donaciones gratuitas de terrenos para la construcción de templos, además de un sueldo a cargo de todos para los imanes... Según ella, "como se hace con los párrocos" (¿¡!?).
Nada de esto sería extraño, a no ser por el editorial de Levante EMT del viernes 2 de mayo apoyando dichas peticiones.
EDITORIAL (...) Amparo Sánchez Rosell, planteó ayer un importante tema de reflexión: la necesidad de que el Gobierno intervenga para evitar que lleguen lo que denominó «iluminados» a los puestos de imanes de las mezquitas en España.
Por una parte, Sánchez Rosell solicita que, al igual que ocurre en el caso de la religión católica con los sacerdotes, el Estado sufrague el salario de estos servidores de la religión musulmana. (...)
Con independencia de que sea esa la solución adecuada o no, cabe pensar en el alcance del peligro que denuncia Sánchez Rosell de que los puestos de dirección espiritual del colectivo musulmán, creciente en España, caigan en manos de radicales, en un momento en que determinados grupos terroristas buscan reclutar adeptos en ese colectivo.
Y no es una reflexión gratuita la de que si un Estado aconfesional provee el mantenimiento económico de los sacerdotes de la religión mayoritaria no pueda hacer lo propio con los de otra u otras, especialmente en función del número de fieles. En cualquier caso, lo que parece importante es evitar que el radicalismo campe por sus fueros.
Todos los argumentos, desde los líderes islamicos hasta la editorial de Levante, parten de dos supuestos falsos:
1º Que el estado paga a los curas.
2º Que si no pagamos entre todos a los imanes y sus mezquitas, España se llenará de fanáticos islamistas amigos del terrorismo.
La pregunta entonces sería ¿Por qué? ¿Por qué si el estado no paga el islamismo campará más o menos a sus anchas que ahora? ¿Por qué debemos pagar ese disimulado chantaje? Desde el punto de vista musulmán es muy lógico pues la única posibilidad para los "no-creyentes" es la conversión, el pago por su vida o la muerte.
No me extraña que surjan temas tan absurdos justo después de pagar un millonario rescate para tranquilizar a los piratas somalíes. Jugamos con el apaciguamiento y el buenismo, cuando solo hay un mecanismo de control social: la Constitución y la Ley.
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