C O M U N I C A D O F O R O E R M U A
BICENTENARIO DEL 2 DE MAYO Y DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA
EL NACIMIENTO DE LA NACIÓN LIBERAL
Bilbao, 2 de mayo de 2008
No digo que no sea bonito... Pero no es verdad. Termina el comunicado de Foro Ermua con un expresivo:
¡Feliz cumpleaños España!, ¡viva España!¿¡Cumpleaños!? Aquí se está perdiendo la perspectiva...
Me recuerdan al Primado de España don Rodrigo Ximénez de Rada arengando a cien mil españoles por “nuestros padres los godos”. El Arzobispo de Toledo no tenía en mucha estima a los romanos, que cada uno cuenta la Historia como le parece o conviene, pero sin Roma ni don Rodrigo estaría en las Navas, ni existiría nada parecido a España. También don Diego López de Haro en 1212 aclaraba ese patriotismo respondiendo a su hijo don Lope: "Os llamarán hijo de puta, pero no hijo de traidor". Traidor… ¿A qué? ¿Por Dios, por la patria y el rey? ¿A la nación de naciones? ¿Al liberalismo? ¿Vivan las caenas? No se puede obviar que el pueblo de Madrid se levanta ante la salida del infante Francisco de Paula: “Primero se llevaron al rey y ahora a la familia, ¡Que nos lo llevan! ¡A las armas!” Resultado de tan heroica acción fue un baño de sacrificio para asegurar el retorno del nuevo rey, un dictador sangriento, Fernando VII el Felón. Supongo que los revolucionarios franceses se sintieron igual con el Terror, y aún más con aquel tipo vestido de emperador y coronado por el Papa. En Madrid se levantó el pueblo por muchas y distintas razones, pero fue una vez más Asturias la primera que se declaró independiente y en guerra contra los franceses, el 25 de mayo de 1812. Lo bueno o malo de este país es que si alguien grita en Finisterre, los ecos se oirán hasta El Hierro. La gente lucha por su libertad; otra cosa es lo que consiga después, pero así llevamos dos mil quinientos años: el demos lucha por la democracia.
Lo sabían los Reyes Católicos, lo sabía Carlos IV y lo supo Napoleón: España es muy anterior a las recientes revoluciones, a las idas y venidas de reinos, personajes e ideas; a este u otro dios, a las mil dictaduras y, por supuesto, al liberalismo. La España que conocemos es la de Augusto. Todo lo anterior fue asimilado y todo lo posterior se integra en aquella estructura ideal.
Quedan los héroes. No son monárquicos o republicanos, liberales o conservadores, son sólo españoles: el navarro-andaluz Luis Daoíz, que medio desangrado y capturado por los invasores es insultado por el general francés y saca sus últimas fuerzas para rajar al gabacho matándolo. El otro león de las Cortes, Pedro Velarde. El teniente Jacinto Ruiz que moriría también por las heridas de aquel día. Manuela Malasaña, a la que faltaban dos meses para cumplir dieciocho y era hija de un panadero francés. Todos ellos honrados hasta hoy por el decreto de la Regencia del 7 de julio de 1812, cuando ante sus nombres en revista el jefe más autorizado debe responder:
"Presentes, muertos gloriosamente por la libertad de la patria el 2 de mayo de 1808".
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