viernes, 18 de febrero de 2011

Se abre la veda contra Álex de la Iglesia


Ya tienen permiso del amo. Toda la carcunda facciosa, repugnantemente disciplinada, uniformes como chinitos de Pyongyang, se lanzarán ahora al acoso y derribo de Álex de la Iglesia. Por heterodoxo, hereje. Los palos, no se crean, vendrán también desde el ámbito civilizado, y como muestra ahí está la oración de Manel Gozalbo a San Álex, que se deja llevar por su juvenil fervor a contracorriente (¿qué se puede esperar de quien considera 2001: A Space Odyssey una mierda?).



Terminó su presidencia con la osadía de que no pudieron echarlo. Se fue. Y lo hizo a la grande. La gala de los Goya fue más de lo mismo: Buenafuente estuvo bien, muy suave, con un gran vídeo de introducción. Habituales alardes de lujo entre los presentes. Maribel Verdú sobrenatural, preciosa. El careto de Leire Pajín para los anales ("Impresionante la cara de culo de la Pajin durante el discurso de Alex... La Sinde careto de circunstancias...", dice Santiago Segura) que amadrina grupos de Facebook como Yo también creo que Leire Pajín y La Veneno son la misma persona. Y el morbo, la ministra Sinde, que no se habla con Álex y sobre la que confieso mi debilidad: a mí, la Sinde, me pone. Premio para Bardem, no a la guerra sí a las perras, adjudicado sí o sí, y si no, también, y, ¿cómo no?, cascada de premios para otro coñazo de guerra civil con niño que no ha visto nadie, dejando claro que la casta subvencionada vive en su propio planeta autista. Por eso el cine español recaudó en taquilla 69,7 millones de euros (el año anterior, 104 millones), con 10,7 millones de espectadores (el año anterior, 17,5 millones) y recibió en 2010 más dinero en subvenciones que por su trabajo: 89,39 millones de euros les regaló González Sinde. Lo de siempre.

Ah, se me olvidaba lo mejor de la gala: el discurso de Álex de la Iglesia, Anonymous y la desvergonzada manipulación de rtve.

En portada hoy, diario Público, dos palos a cual más fuerte para Balada triste de trompeta.

El primero Balada airada de una triste película (sin trompetas ni memoria), de Juan Carlos Monedero. Nuestro ínclito investigador del Centro Internacional Miranda (gloria del imperialismo chavista), profesor de ciencia política en la Universidad Complutense de Madrid y un defensor acérrimo de las dictaduras más tiránicas, abre el fuego (vean aquí su defensa de la dictadura militar cubana). El tipo no sabe mucho de cine, pero ¿qué importa? Nuestro sagaz analista, contratado por la tiranía bolivariana, conferenciante asiduo de la Universidad Bolivariana y la Universidad Central de Venezuela, cada vez que el gorila Cháves le pone escoltas es capaz de sacar punta hasta al Rey León. Es ya un clásico del disparate su defensa de los etarras a sueldo en Caracas.

Básicamente, lo que escribe Monedero es su incapacidad para comprender la expresión "guerra civil" y cargarse cien años de sesudos estudios sobre las dos Españas. Eso y un explícito ejemplo de cómo el fanatismo anula su sentido del humor, llevándole a desbarrar sobre Berlanga y La Vaquilla, o demostrando que de pequeño no veía Los Héroes de Hogan (con la pequeña diferencia de que entre los alemanes no hubo guerra civil, algo que exige dos bandos en un mismo país). Mención aparte merecen, por último, sus observaciones cinéfilas, que dan idea del nivelazo que se gasta el autor: "el sexo en la película tiene un tratamiento americano", lo que es una forma de decir que sin pezón a la vista no hay cine español; y "la estética, la fotografía, la luz, es de videoclip norteamericano"... lo que me deja sin palabras, aún más que sus delirios con Disney. En resumen, según Monedero, Álex de la Iglesia ya es oficialmente facha, ¡a la hoguera con él!

En segundo lugar, Balada triste de trompeta: España frente a los espejos cóncavos, de Pablo Iglesias Turrión. Otro joven profesor de la Complutense, en ciencia política, también asiduo colaborador de Kaosenlared y también incapaz de comprender al gran Berlanga: "cobardes donde las haya, La vaquilla del finado Berlanga y Soldados de Salamina", dice.

Todo ello bien aliñado en un reportaje sobre memoria histórica, con alabanzas al asesino comunista Marcos Ana y al documental de Isabel Coixet sobre el presunto juez Garzón (quien haya visto una peli de Coixet, pagando, que levante la mano).

Algunos comentarios de los lectores me reconcilian con la especie humana, no pican el anzuelo y me llevan a pensar que incluso en Público hay vida inteligente: ¿Por qué habéis esperado hasta el fracaso en los Goya para publicar esto en primera plana? Resulta de lo más curioso publicar en portada dos críticas negativas casi tres meses después del estreno. Qué cante, público, ni discreción, ni esperar y dosificar, al día siguiente y dos del tirón. Nada, nada, que cuanta más caña le deis, más motivo para verla.

Una pena, eso sí, que la novia de don Álex no enseñe pezón, pero nada comparado con que le robaran el Goya a la mejor actriz. También normal, y él lo sabe desde que la Academia ignorara su estupenda La Comunidad. Como escribí hace meses, lo pusieron ahí para disimular, y cuando pretendió hacer de la presidencia algo útil solo le quedaba la patada en el culo o la dignidad. Afortunadamente, Álex de la Iglesia es un tipo digno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Evite insultos, guarde las mínimas normas de etiqueta y respeto a los demás sin por ello restringir las críticas por duras que sean. No se permite el spam, las técnicas troll ni la suplantación de nick.
Lo otro, las opiniones: cada cual es responsable de las suyas.

Archivo del blog

Datos personales