Hemos visto, atónitos, lo que jamás pensé que verían mis ojos: una turba de universitarios neonazis buscando judíos en la Autónoma de Madrid, islamofascistas amenazando a una funcionaria para que dijera dónde está el judío, cualquiera, y linchando a un señor que pasaba por allí (vino a hablar de renovables y tecnologías limpias) porque le oyeron decir dos palabras en hebreo. Con el rectorado y la policía tocándose las pelotas a dos manos.
El himno para el Orgullo Gay de este año será lo último de Lady Gaga, el magnífico vídeo Alejandro. Una evocadora mezcla de estética nazi, homosexualidad, uniformes de cuero y referencias cristianas, entre Fassbinder y The Pink Swastika. Viene a cuento por el entusiasmo con el que algunas asociaciones de homosexuales, las que se lo llevan crudo con el negocio, se han sumado al tradicional deporte español de quemar la razón y linchar judíos. En este resurgir de la Inquisición, las dos asociaciones que se forran organizando el negocio del Orgullo Gate, la Federación Estatal de Gays y Lesbianas (FELGTB) y Colectivo Gay de Madrid (COGAM), vetan la participación de la representación israelí, subvencionada por el ayuntamiento de Tel Aviv. Por cierto, en la carroza desfilaba la guapísima Dana Internacional, que ganó Eurovisión en el 98.
Es como si vetaran mi participación en el concurso de paellas de Brasil porque mi gobierno ha invadido Afganistán y el ayuntamiento de mi pueblo -que me paga el viaje- no lo ha condenado (imponiendo, porque ellos lo valen, la condena). O como vetar a todos los socialistas del mundo porque el que dio la orden de asalto a la flotilla islamista, el ministro de defensa Ehud Barak, también es de izquierdas. Personalmente estoy dispuesto a aceptar que lo que dicen zerolos y zerolas lo creen de verdad, que quienes quieren exterminar a los gay son defensores de los derechos humanos, que terroristas como Hamas, con más de 60 atentados suicidas y todos los crímenes imaginables, son humanitarios pacifistas... Pero, ¿no puede haber otras opiniones en el colectivo gay? ¡Sieg heil, mein fürer!
Hay un mosqueo importante en el ambiente, según cuenta Chueca digital. La asociación Colegas ha pedido que el Ayuntamiento no financie la marcha de este año. Teóricamente FELGTB y COGAM no podrían vetar a nadie. El Ayuntamiento de Madrid marca un número máximo de carrozas participantes, y no cobra nada a los organizadores. La organización no sale a concurso y se entrega directamente a los amiguetes de FELGTB (la de Zerolo y el PSOE) y COGAM, que actúan supuestamente sin ánimo de lucro. Cualquiera podría manifestarse por su cuenta pidiendo el permiso al ayuntamiento, pero FELGTB y COGAM monopolizan un derecho ciudadano convirtiéndolo en negocio, haciendo un contrato por cada carroza donde reservan un apartado a "donaciones". Reservar una carroza antes del 31 de mayo implica "donar" 7.500 euros, y desde el 1 de junio hasta el 18 de junio la "donación" debe ser de 8.500 euros. Más de 250 mil euros. Es el Orgullo Gate. En el mismo contrato FELGTB y COGAM especifican que «si por cualquier circunstancia la carroza no participara finalmente en la Manifestación... no se devolverá ni total ni parcialmente el importe de la donación».
La marcha de este año será un día muy triste no solo para el movimiento gay, sino para toda la sociedad española, que ve resucitar la infame Inquisición, ahora laica y progresista, Inquisición Mariprogre. En realidad, la intolerancia y el fanatismo sectario son parte del movimiento gay, como de cualquier otro, con el añadido de que el supremacismo elitista está en su misma raíz desde la fundación.
Adolf Brand fue el editor de la primera revista homosexual del mundo, Der Eigene (El Especial). Con Benedict Friedlander y Wilhelm Janzen, Brand formó La Comunidad de los Especiales (Gemeinschaft der Eigenen) en 1902. Para la ideología gay ellos eran una élite de la sociedad, de la supremacía blanca, homosexual y pederasta que constituía el fundamento de todas las naciones Estado. Se oponían radicalmente a la otra tendencia del movimiento, la de Ulrichs y Hirschfeld, (teoría del tercer sexo) quienes afirmaban que el varón homosexual era una mujer atrapada en cuerpo de hombre. Los Especiales, que inspirarían y fundarían las SA del partido nazi, recuperaron el culto al guerrero de Esparta, la belleza helénica así como una posición ultra masculina que reivindicaba la relación hombre adulto con niño de la antigua Grecia. En palabras de Brand se trataba de imponer «el retorno de la época griega y los estándares helénicos de belleza luego de siglos de barbarismo cristiano». Ese primer movimiento homosexual moderno fue una de las bases para la instauración del nazismo, lo que se ha dado en llamar la esvástika rosa.
En efecto, Brand murió por un bombardeo aliado, el 2 de febrero de 1945, y su influencia había sido determinante para el ascenso del nazismo. Entre 1920 y 1921 Adolf Hitler y Ernst Röhm ponen en marcha las SA. La Sturmabteilung (o Secciones de Asalto del NSDAP) fueron la primera fuerza de choque del nazismo. Eran más radicales que la Gestapo o las SS, marcando una doble supremacía, la superioridad blanca (o aria) y la homosexual. Ernst Rohm, el furer de las SA, era un activista homosexual y pederasta, que no veía inconveniente en colaborar con los comunistas en las algaradas callejeras. La relación del marxismo con la esvástica rosa venía de antiguo, de los mismos orígenes, cuando Engels escribía a Marx que: «Los pederastas han descubierto que son un grupo poderoso en nuestro país. Lo único que les falta es organización, la cual parece existir aunque se halle escondida». Hay que aclarar que en los principios del s.XX la homosexualidad militante incluía la reivindicación de la pederastia, y era difícil hacer distinciones (así se explica la frase de Engels). Ernst Röhm reclutó miles de homosexuales para las SA y la Jugendbund (que después se llamó Juventud Hitleriana), con muchachos entre los 14 y 18 años. Los campamentos de la Jugendbund fueron un verdadero paraíso homosexual y pederasta para Röhm, Karl Ernst (furer de las SA de Brandemburgo), Paul von Röhrbein y otros oficiales de los camisas pardas. Además estaban otros reconocidos homos como Rudolph Hess o el ministro de Justicia Hans Frank.
Las preferencias eróticas de cada cual carecían de importancia en el partido nazi. Hitler y Röhm coincidían en la necesidad de un Estado socialista, supremacista blanco y nacional. El enemigo también era común, desde católicos a social demócratas o liberales, y también los marxistas cuando Röhm se volvió contra ellos. Sobre todo, los nazis, homosexuales o no, siempre podían perseguir judíos. En la Italia fascista de Mussolini, nunca hubo ley alguna contra la homosexualidad, aunque se deportó a miles de ciudadanos por esa u otras razones, al contrario que en la URSS, donde fueron implacables. Klaus Mann, el hijo escritor de Thomas Mann, publicó el 24 de diciembre de 1934 en la revista Europäische Hefte, un demoledor artículo acusando a la izquierda por asociar homosexualidad y nazismo, por haber convertido a los homosexuales en «los judíos del marxismo».
Aunque es fácil comprender cómo muchas personas fueron abducidas por el horror nazi, y cómo los homosexuales alemanes terminaron linchando judíos, siempre hubo grupos de valientes que no cedieron a la presión totalitaria. El mundo y las personas no han cambiado tanto. A raíz de la bochornosa actuación de FELGTB y COGAM, la Confederación Española Colegas de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales ha denunciado «este alarmante hecho de antisemitismo y discriminación», en palabras de su secretario de organización, Paco Ramírez. El Colectivo Gay Evangélico ha pedido que se rectifique semejante muestra de intolerancia, y su portavoz, Andrés de la Portilla, ha recordado que la participación de Tel Aviv «supondría un apoyo a Israel, que ha sido la vanguardia de dicho colectivo en Oriente Medio» (vanguardia, retaguardia y lo único).
A principios del año 34 se produjo la primera entrevista de Hitler con Mussolini, de la que Hitler dijo que el Duce era la persona más importante nacida en los últimos mil años, mientras que Mussolini se refirió al Furer llamándolo «histérico homosexual» que no paraba de hablar. Todo cambió el 29 de junio de 1934. Ernst Röhm se había vuelto demasiado ambicioso y el lobby gay extremadamente poderoso. Hitler empezaba a temer aquel ejército de más de tres millones de hombres bajo la autoridad del número dos del nazismo, Röhm. El 28 de febrero de 1934 el canciller Hitler hizo firmar a Röhm que las SA serían una fuerza auxiliar del ejército, y no al contrario. Esto enfureció a Röhm, que pretendía acabar con la aristocracia prusiana del ejército, llegando a exclamar que no aceptaría órdenes de «ese ridículo cuerpo», refiriéndose a Hitler. Himmler con las SS y Göring, que pretendía el mando absoluto del ejército, ya habían sentenciado a Röhm.
A mediados de junio Himmler hace público un informe falso detallando cómo Röhm pensaba derrocar a Hitler. El 29 de junio de 1934 Hitler y un grupo de las SS salen para Múnich y el 30 de junio empieza la purga, se conoce como la noche de los cuchillos largos. Casi cien dirigentes nazis fueron asesinados, la mayoría homosexuales, incluyendo el triángulo rosa: Ernst Röhm, Karl Ernst y Paul von Röhrbein.
No sería hasta un año después de la purga interna que el régimen nazi cambiaría de rumbo, aplicando las leyes contra la homosexualidad (el artículo 175), que eran de 1872 y se siguieron aplicando en las dos Alemanias hasta 1994. Entre cinco mil y quince mil personas fueron encerradas en campos, sufriendo además las violaciones de los SS, con idénticas preferencias sexuales que los SA. Se asociaron con el Diablo y, cuando dejaron de ser útiles, pagaron con sus vidas.
Al mismo tiempo en la Unión Soviética se multiplicaba la legislación y las persecuciones contra homosexuales, que continuarían durante todo el siglo XX en países como Cuba, que también los encerró en campos. "El trabajo os hará hombres", hizo poner en los campos de concentración para homosexuales el Che Guevara, una aberración más del socialismo que en España apenas lo han denunciado algunos disidentes como Zoé Valdés.
En la actualidad aquella legislación soviética o nazi casi parece piadosa comparada con el salvajismo que muestran todos los países musulmanes contra la homosexualidad: Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Siria, Yemen, Afganistán, Egipto, Pakistán, Irán, Turquía y Palestina. Es decir, todo el medio oriente menos Israel. Hacen todo cuanto hicieron sus precursores nazis y le suman grandes dosis de sadismo para, finalmente, asesinar con la mayor crueldad.
Si quieres no solucionar algo, crea una comisión; si quieres acabar con algo, dale una subvención. Los movimientos sociales se pueden impulsar mediante rebajas fiscales, concursos, premios y facilidades, pero cuando se quiere prostituir una idea, se subvenciona. Eso es lo que han hecho el PSOE y Gallardón con la FELGTB. Y todo cambiaría si los sectarios de FELGTB y COGAM tuvieran la mínima decencia de enfrentar a quienes quieren acabar con ellos colgándolos de grúas gigantes. Hitler y Stalin eran hermanitas de la caridad comparados con los islamistas de Hamas o Al Qaeda. Zerolo y toda su camarilla de FELGTB deberían embarcarse en el Mavi Marmara en Turquía, con los pacifistas líderes de Hamas, Hizbulá, IHH y los Hermanos Musulmanes. Después de una vueltecita por Irán, ya podrían organizar una Gay Parade en Gaza, para regocijo de sus humanitarios amigos.
NOTAS:
Jean Paul Sartre es uno de los que acusaron de connivencia a ambos movimientos, como explica este artículo de Mario Kramp:
que « les homosexuels français » auraient pris une part importante dans le jeu de la martiale séduction exercée par les occupants allemands, et supposait également une liaison intrinsèque entre homosexualité et fascisme. Ce fut là un des sujets classiques de la critique « de gauche » du fascisme en Allemagne et en France dès les années 1920, puis dans la presse exilée [d'Allemagne] des années trente, et encore longtemps après la fin de la guerre.
Un buen monográfico sobre estos temas:
“En opinión de Gerard Koskovich, la persecución de homosexuales que comenzó con la “Noche de los cuchillos largos” es un hecho significativo…”
Y una referencia interesante sobre lo de Klaus Mann y el doble lenguaje que mantuvo el nazismo respecto a esto:
“Hitler, tomando la palabra ante los jefes de las secciones de asalto supervivientes en Munich, el 30 de junio, a mediodía, justo después de las primeras ejecuciones, declara que, por su sola moral corrompida, esos hombres merecían morir” Shirer (1963, 247) [Traducción propia]. Uno se pregunta, como hace Klaus Mann, si antes de esta fecha Hitler no conocía perfectamente la “moral corrompida” de sus secuaces”.
En Triangles roses, “Homosexualité et fascisme” de Klaus Mann (original en alemán en la revista Europäische Hefte, Praga, el 24 de diciembre de 1934).
Recoge algunas perlas de la izquierda sobre el tema, como la que atribuye al “Papa de la literatura socialista”, Maxime Gorki:
“¡Hagamos desaparecer todos los homosexuales y el fascismo desaparecerá!”
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