jueves, 26 de junio de 2008

Sectas y fenómenos sectarios -7

Antes de continuar con el repaso a las sectas más peligrosas -destructivas- que operan en nuestro país y en distintas partes de Europa, quisiera aclarar un par de puntos.
Los movimientos sectarios, las sectas destructivas, no tienen que ver con religión, espiritualidad, auto-ayuda, crecimiento personal, política, impulso de cambios sociales, rebelión anti-sistema, éxito económico-social ni nada parecido mas que de una forma puramente tangencial.
No son sus creencias y dogmas lo que definen a una secta como destructiva, ni sus aparentes u ocultos objetivos: es la agrupación en sí misma, su disociación de la realidad, ya sea bajo una influencia psicótica como por un férreo control psicopático, lo que las convierte en muy peligrosas.
Paradigmáticos son los casos de gurús como Ron Hubbard, David Koersh, Maharishi Mahesh, Joe Smith o el "juez" Rutterford, porque en ellos los límites entre psicópata y psicótico son difíciles de establecer. Todos ellos combinan una absoluta falta de piedad y empatía con delirios típicamente psicóticos, como paranoias persecutorias y atrincheramiento frente a su imaginario "enemigo exterior". En algunos se dan claramente los síntomas de una psique enfermiza totalitaria, provocando estructuras de pensamiento piramidal sólo comparables al nazismo y comunismo, que reflejan las similitudes entre esos personajes y anteriores gurús como Hitler o Estalin.
El pensamiento maniqueo tampoco debe aplicarse para definir a éstos falsarios, bien al contrario, el maniqueísmo es una fuente de sectarismo y la vía para analizar la realidad pasa por encontrar los grises en un mundo donde, en realidad, no hay blanco y negro.
Hay sectas destructivas en todas las religiones conocidas, desde el catolicismo al islamismo, budistas, hinduístas o protestantes; pero también entre movimientos políticos, hoolligans deportivos, medicinas alternativas, sistemas piramidales de negocio, auto-ayudas diversas o cualquier actividad humana.

CEIS.
Un caso aterrador en nuestro país lo protagonizó el Centro Esotérico de Investigaciones (secta CEIS), cuyo gurú, Vicente Lapiedra Cerda, saltó a las portadas de los periódicos por múltiples juicios acusado principalmente de estupro. Lapiedra y sus secuaces abusaban de niños de los que eran, además, maestros. Implantados en Barcelona, al parecer siguen activos mediante ardides ocultistas, combinando esoterismo e hipnosis, provocando mediante coerción una dependencia homosensual en menores y una total sumisión de adultos a los que obligan a mantener todo tipo de relaciones sexuales.

Jim y Timmy Baker.
Ejemplos particulares serían los diferentes cultos-negocio amparados bajo la pátina evangélica, pseudocristianos u otros. En España están creciendo de forma exponencial, alimentándose de minorías étnicas como gitanos o inmigrantes de distintos orígenes americanos. Su implantación es muy fuerte puesto que aprovechan una "desilusión" de ciertos cristianos que encuentran la liturgia católica excesivamente fría y despersonalizada.
Un popularísimo caso en EEUU lo tuvimos con el tele-predicador Jim Baker y su esposa Timmy, piadosa pareja que se hizo cientos de veces millonaria timando a personas necesitadas e inocentes. En 1987 saltó a la luz pública que Jim tenía relaciones con una secretaria, y que le pagó 265.000 dólares por su silencio. Dos años después, en 1989, Jim Bakker fue condenado a 45 años de cárcel por defraudar a sus feligreses 158 millones de dólares y por malversar 3,7 millones de dólares mientras creaba todo un imperio de "ocio cristiano" que incluía una especie de parque temático a la imagen de Disneylandia.

Iglesia Universal del Reino de Dios.
La "Iglesia Universal del Reino de Dios" es otro caso de evidente fraude. Su líder fundador, Edir Macedo, se autoproclamó 'obispo' en 1977 y ha pasado en poco tiempo de vendedor de lotería en Brasil a supermillonario en Miami. Tiene más de 2.000 templos en Brasil y unos 6 millones de miembros. La secta se ha propagado rápidamente por más de 40 países en América Latina, Estados Unidos, Asia, África y Europa, donde su centro de operaciones es España. En 1992 la Aliança Evangélica Portuguesa los expulsó de su seno, curiosamente al mismo tiempo que la IURD (hoy CCES) se daba de alta como grupo religioso en Madrid. En 1993, tras múltiples denuncias y la detención de Edir Macedo, se inscribieron en el registro de Entidades Religiosas en España con el nombre que conservan hasta nuestros días: Comunidad Cristiana del Espíritu Santo. La Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEDERE) rechazó que la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo fuera considerada una iglesia evangélica, pero sus sectarios siguen impulsando el negocio en España y Europa. En Brasil poseen un banco, 30 emisoras de radio, la red televisiva TV Récord con 25 repetidoras, dos periódicos y una revista. Como todas las sectas destructivas se amparan en la incierta frontera de los grupos religiosos, que no pagan impuestos o disfrutan de exenciones fiscales mientras el dinero ingresa sin saber de dónde ni cómo.

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