"Lo hago porque es japoné, o chino, quiyo, pero con una faca de Sierra Morena, que vino en un barco de nombre extranjero, era rubio y tenía el pechso tatuao. ¡Ole! "Por su parte, la famosa reina de la copla, Puigcercós, la Patillas, se ha mostrado más parca en declaraciones y apenas si se la escuchaba balbucir lastimeros gemidos inconexos:
"¡Tres! Ay, ni uno ni dos... ¡¡¡Tres!!! En uuun jardín dejpaña nasiiií, como la flor en el rosaaaal... La selesiooon del estao ejpañóooo, Ay de mi pena mortal por qué malejo España de ti, por qué marrancan de mi rosal."Antes de palmarla nuestra gran artista se ha marcao lo que le pedía el cuerpo, una versión estremecedora de "Pena penita pena" ques un desierto darena, pena.
Puigcercós, la Patillas, interpreta "Pena penita pena".
A preguntas de esta redacción, la folclórica y ovejera Carmen Sevilla ha declarado, muy dolida, que se siente "ninguneada" por sus dos compañeras. Dice la conocida artista que:
"Toa la vida cantando a la patria y va resultá que estas dos pilinguis han conseguido más vivas a Ejpaña que la Lola y yo juntas. No hay deresho. Joé".Agraviada, la Carmen se ha mostrado atónita por la actitud de sus compañeras:
"Me pensaba yo que con el generalísimo ya lo había visto tó. Pero no. Llegan estas dos, más antiguas que la Picor, y me se hasen las reinas de las esensias".La Carmen de España les ha dedicado a sus dos compañeras inmoladas el exquisito tema "La bien pagá":
Ná te debo, ná te pío.
Me voy de tu vera, orvíame ya.
Que he pagao con oro tus carnes morenas.
No mardigas paya, que estamos en paz.
No te quiero, no me quieras.
Si to me lo diste, yo ná te pedí.
No me eches en cara que to lo perdiste.
Tambien a tu vera yo to lo perdí.
Bien pagá, si tu eres la bien pagá,
porque tus besos compré.
Y a mí te supiste dar
por un puñao de parné.
Bien pagaaá, bien pagaaá.
Bien pagá, fuiste, mujeeé.
Ese fenómeno del amor patrio que se llama Urcullu ha interpretado, mientras se hacía el harakiri, lo que público y críticos ya califican como su testamento artístico:
"Suspiros de Ejpaña", por Urcullu, la Niña de la Genética.
Fuentes de toda solvencia informan a esta redacción que, en su agonía, se han podido escuchar las postreras palabras de la gitana Urcullu:
Mira mi braso tatuado
con este nombre de mujé,
es el recuerdo del pasaooo
que nunca más ha de volveeee... Oeee, oe oe oeeé...
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