jueves, 12 de enero de 2012

Defender la alegría del hipopótamo

Estaban todos menos Serrat, gracias a Dios no vimos al del Poble Sec pegando lametazos. Cantó pero su natural tímido nos evitó verle haciendo genuflexiones públicas. Se pusieron mirando a Pamplona justo en el momento, hace cuatro años, cuando aún había posibilidad de evitar la hecatombe. Allí estaban Pedro Almodóvar, José Luis Cuerda y resto de artistas de cámara, Víctor Manuel, Ana Belén, Joaquín Sabina o Miguel Bosé. Todo el selecto club tercera edad con Sicav cantando aquello de Benedetti, "defender la alegría", y yo no sabía de qué estaban hablando. Ya lo sé.

Paula es una guapa jovencita valenciana. Paula padece Diabetes Mellitus 1, o aquello que la ministra Pajín llamaba "diabetis", que es una dolencia para la que no hay cura (la diabetes, lo de Pajín leyendo un poco se soluciona). En el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia había una investigadora buscando soluciones, Silvia Sanz, pero llegó la bancarota de la Generalitat Valenciana y con ella los ERE y su despido. Paula y su familia crearon un proyecto de apoyo y, tacita a tacita, han recogido 7.000 euros con los que volver a contratar a la investigadora.


No hay dinero. Se lo han fundido alegremente pero al máximo responsable en Valencia, Francisco Camps, lo juzgan por unos trajes y nadie le mete mano por lo que de verdad importa. Otros gobiernos regionales competían por ver quién tiene la cara más dura, desde Cataluña a Castilla La Mancha, llegando al paradigma de la corrupción que es Andalucía, donde se lo llevaron crudo la hija de Chaves, el hijo de Cháves, hermanos, cuñados, y hasta el director general de Empleo de la Junta, Francisco Javier Guerrero, que se gastaba el dinero de los parados en cocaína y putas. En el gobierno nacional eran todavía más alegres, pero no con lo que importa: en 2010 Zapatero rebajó un 8% las partidas para ciencia e investigación, en 2009 volvió a bajar un 15%, y ahora el nuevo gobierno ha reducido en 600 millones más el presupuesto, otro 6,9% menos. Por cierto, la secretaria de Estado de Investigación que ha nombrado el PP es Carmen Vela, la misma que entusiasmada defendía la alegría con toda esa carcunda de chupópteros.


Después de recibir una sonora patada en el culo, al día siguiente de perder las elecciones, el gobierno en funciones de Zapatero tuvo la desfachatez de regalar 63 millones en ayudas a amiguetes. A Paula le hacían falta 7.000 euros, con la mala suerte de no ser amiguete con derecho a cobro, así que no le tocó nada.

Lo único positivo es que ya he averiguado de qué alegría hablaban. En ese último y alegre regalo, obsequiaron con 316.904 euros al "ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de la mujeres de Kayes, república de Mali" y 169.958 euros para “reforzar la capacidad de los jóvenes del sector informal a exigir sus derechos de salud sexual y reproductiva a través de la cultura en Bamako, Mali”. Esto de los "derechos sexuales y reproductivos" es una forma fina de decir abortos. Qué alegres, 202.871 euros a Bolivia por la "mejora de la seguridad alimentaria nutricional desde un enfoque de soberanía y promoviendo la equidad de género" (toma ya), y 100.000 euros más para crear una "Red de Cine Lésbico Gay y Transexual". Ya saben, bolivianos, si además la peli transcurre en la guerra civil incluso les darán un Goya.

Se ve que los ciudadanos normales, sin Sicav, somos unos cenizos. Había que defender la alegría, concretamente la del hipopótamo, por eso antes de irse Trinidad Jiménez destinó 293.899 euros a "la resolución de conflictos con los hipopótamos en Guinea Bissau". Seguro que si preguntamos al hipopótamo hubiera cedido gustosamente los 7.000 que le faltaban a Paula.

2 comentarios:

  1. Muy bien artículo, enhorabuena, lo malo es que no habla de ciencia ficción, aunque lo parezca, ... ayyy que pais¡¡¡, y eso que uno pensaba que los hipopotamos andaban abriendo la boca y chapoteando mansamente en su charca, pero noooo, debe ser que andan a güantazo limpio por ahí.
    Saludos a todos.

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