Pedro J. Ramírez, al que tanto gustan las metáforas históricas y
las frases de grandes hombres, ha conseguido situarse como uno de sus
personajes, el conspirador Catilina. Si repasan la vida del romano,
encontrarán paralelismos asombrosos. Cualquier lector con mínimo
criterio puede espetarle como Cicerón: Quousque tandem abutere,
Pedrojota, patientia nostra? Se acercaba el invierno del 63 antes de
Cristo y para las nieves siguientes Catilina había salido de la
Historia, eso sí, gallardamente. De momento solo podemos decirle: ¿Hasta
cuándo, Pedrojota, abusarás de nuestra paciencia?; a lo que el
conspirador contesta: Tengo las pruebas que derrumban la versión
oficial, y las voy a publicar... pero hoy no, ¡mañaaana!
Vuelven al ataque. Son Carlos Dávila, director de La Gaceta, alias El Fariseo... que no pasa na, Mariano, y en no pasando na, que sepas que ser, fue la ETA. Federico Jiménez Losantos, alias El Cansino Histórico... con lo que yo le admiro, don Mariano, véngase a tomar unas gordas ¿¡que no!? ¡despacito conmigo, Maricomplejines! ¡Que tiro de cheira y te abro las tripas de arriba abajo, so mugroso! ¡Que ha sío la Pesoe! ¡Veste a la mierda! Y como gran capo di capi, Pedrojota, que por fin va a derrumbar la versión oficial... pero hoy no, ¡mañana!
Y la cosa es que andan a la gresca tan sagaces investigadores. Todos contra todos. Losantos lleva años afirmando que todas las pruebas son falsas, tarjetas, mochilas, móviles. Llega PJ y lo contradice porque acaba de enterarse que las tarjetas para el atentado las proporcionó Zougam. PJ y Losantos llevan los mismos años afirmando que los trenes se destruyeron, incluso después de que, hace tres años, sus peones negros encontrarán vagones del 11M circulando y al menos uno tirado en un hangar. Un vagón de los muchos que el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, mandó retirar y desguazar el día 12 junto al presidente de Renfe, Miguel Corsini. Exactamente el vagón 011R, que formaba parte del tren de Téllez, lleno de grafitis y porquería en un hangar, refugio de porreros al que los peones negros le han hecho fotos como esta hace tres años, sin darle mayor importancia. Hasta que apareció El Fariseo con su falsa exclusiva, a la que llama "Prueba irrefutable". ¿De qué? Nadie lo sabe, prueba irrefutable de que es fácil hacer negocio engañando a la gente y ciscándose en el dolor ajeno. Saben, pero no lo dicen, que ya se hicieron contraanálisis a petición de los terroristas, que los resultados son siempre el mismo, dinamita, que dinamita es compatible con las demás investigaciones, Mina Conchita, saben que es totalmente imposible determinar la marca de un explosivo explosionado... imaginen si además el escenario del crimen lleva ocho años a la intemperie. Pero oiga, qué más da, el Fariseo tiene que vender y lo mismo le da inventarse cocaína para Marichalar que "descubrir" vagones cuya existencia siempre se ha conocido. Periodismo creativo, como disfrazar algo irrelevante de conspiración mundial: "El gobierno del PSOE escondió un vagón del 11M".
El único consuelo es que sigue la juerga en casas de apuestas, cada vez se paga más si alguna de sus falsas noticias aguanta al menos 72 horas en cartel. Tiene trampa, ni una de sus chorradas pasa de tres días.
Vuelven al ataque. Son Carlos Dávila, director de La Gaceta, alias El Fariseo... que no pasa na, Mariano, y en no pasando na, que sepas que ser, fue la ETA. Federico Jiménez Losantos, alias El Cansino Histórico... con lo que yo le admiro, don Mariano, véngase a tomar unas gordas ¿¡que no!? ¡despacito conmigo, Maricomplejines! ¡Que tiro de cheira y te abro las tripas de arriba abajo, so mugroso! ¡Que ha sío la Pesoe! ¡Veste a la mierda! Y como gran capo di capi, Pedrojota, que por fin va a derrumbar la versión oficial... pero hoy no, ¡mañana!
Y la cosa es que andan a la gresca tan sagaces investigadores. Todos contra todos. Losantos lleva años afirmando que todas las pruebas son falsas, tarjetas, mochilas, móviles. Llega PJ y lo contradice porque acaba de enterarse que las tarjetas para el atentado las proporcionó Zougam. PJ y Losantos llevan los mismos años afirmando que los trenes se destruyeron, incluso después de que, hace tres años, sus peones negros encontrarán vagones del 11M circulando y al menos uno tirado en un hangar. Un vagón de los muchos que el ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, mandó retirar y desguazar el día 12 junto al presidente de Renfe, Miguel Corsini. Exactamente el vagón 011R, que formaba parte del tren de Téllez, lleno de grafitis y porquería en un hangar, refugio de porreros al que los peones negros le han hecho fotos como esta hace tres años, sin darle mayor importancia. Hasta que apareció El Fariseo con su falsa exclusiva, a la que llama "Prueba irrefutable". ¿De qué? Nadie lo sabe, prueba irrefutable de que es fácil hacer negocio engañando a la gente y ciscándose en el dolor ajeno. Saben, pero no lo dicen, que ya se hicieron contraanálisis a petición de los terroristas, que los resultados son siempre el mismo, dinamita, que dinamita es compatible con las demás investigaciones, Mina Conchita, saben que es totalmente imposible determinar la marca de un explosivo explosionado... imaginen si además el escenario del crimen lleva ocho años a la intemperie. Pero oiga, qué más da, el Fariseo tiene que vender y lo mismo le da inventarse cocaína para Marichalar que "descubrir" vagones cuya existencia siempre se ha conocido. Periodismo creativo, como disfrazar algo irrelevante de conspiración mundial: "El gobierno del PSOE escondió un vagón del 11M".
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