Four Lions es la primera película del británico Christopher Morris. Se ha llevado el Premio de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de Televisión (BAFTA) a la mejor ópera prima 2011, y estuvo nominada a mejor película, galardón que finalmente se llevó El discurso del rey. Hay muchas cintas describiendo el problema islámico, desde No sin mi hija (1990), la historia real de Betty Mahmoody en 1984, hasta las recientes The Kingdom (2007), Red de mentiras (2008), Mi nombre es Khan (2010) o En el camino (2010). Todas ellas, también Four Lions, tienen un denominador común: el problema es el islam.
Four Lions es mi recomendación para ir al cine esta semana. Una tragicomedia que te hará llorar de risa y, al mismo tiempo, preguntarte cómo es posible que la descarnada atrocidad del islamismo resulte en realidad algo tan patéticamente ridículo, una mezcla de los Monty Python y el clásico humor negro español con genialidades como el gran Gila. Algo así pasó con El gran dictador, de Chaplin, y como entonces destaca la valentía del director para retratar la evidencia, sabiendo el peligro real que esto implica.
Lo mejor de Four Lions no son las risas aseguradas, sino la sensación de que, en verdad, aquello es una descripción muy realista de cómo funciona el islamismo en occidente. Matar es muy fácil cuando saltan las restricciones morales, matar, mucho e indiscriminadamente, es solo cuestión de encontrar justificaciones inmorales. Y eso es el islamismo. Las eternas discusiones sobre los musulmanes del 11-M en Madrid o el 7-J en Londres se perdían en busca de teorías conspiratorias o supervillanos del tebeo, pero no hay ningún mastermind de Spectra acariciando su gatito. Son malvados, son fanáticos, pero en realidad, son pelanas.
sábado, 8 de octubre de 2011
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