domingo, 25 de septiembre de 2011

Reconocer el Estado de Israel

El 14 de mayo de 1948 se proclama el Estado de Israel. Al día siguiente, 15 de mayo, Egipto, Irak, Líbano, Siria, Jordania y Arabia Saudí le declaran la guerra e invaden su territorio. Para 1950 casi la totalidad de los países representados en la ONU habían reconocido al nuevo Estado, menos España, que vestía su secular antijudaísmo con ropajes de tradicional amistad hispano-árabe. La judeofobia franquista sería heredada por la izquierda, que hizo suyos los planteamientos de grupos marginales en la extrema derecha.
El año 1986 vendría cargado de novedades: entrada en la UE, Ley de Extranjería, OTAN - “de entrada no” - candidatura de Barcelona a los Juegos Olímpicos y elecciones generales. Las presiones eran cada vez más fuertes. El presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, decidió a finales de los 70 apoyar al PSOE con fondos de la CIA, camuflados como ayudas sindicales a través de los socialdemócratas alemanes de Willy Brandt y los suecos de Olof Palme. Esa ayuda-presión siguió al menos durante toda la primera legislatura de González, con Ronald Reagan. El presidente Felipe González, que nunca ha sido un ingenuo y tenía visión de estadista, reconocía el Estado de Israel el 17 de enero de 1986, cinco meses antes de finalizar su mandato y convocar elecciones para el 22 de junio. Desde entonces, el odio a los judíos se ha vuelto una cuestión progresista.

Por eso El País puede publicar un artículo de Mario Vargas Llosa explicando que reconocer el Estado palestino es un acto de justicia y, al mismo tiempo, dejar que Javier Valenzuela perpetre una indignidad de las habituales en prensa progresista, donde solo le falta citar los Protocolos de los Sabios de Sión. Es difícil encontrar tantas manipulaciones, mentiras e interesadas omisiones en un solo texto. Valenzuela lo consigue. Por eso, contando con un público anestesiado, El País se permite un editorial con barbaridades como la siguiente:
...a tenor de lo que dijo Netanyahu, lo mínimo que exigiría su Gobierno para congelar la progresiva ocupación del territorio sería que la Autoridad Palestina reconociera a Israel como Estado judío. Eso equivale a renunciar al derecho de varios millones de refugiados palestinos a regresar a su tierra

¡Haberlo dicho antes! De lo que se trata es de echar a los judíos al mar.

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