Aquel día era lunes, por la tarde se repetía el debate de investidura del presidente Calvo Sotelo. Felipe González, que no apoyaba al entonces candidato Calvo Sotelo, expuso las razones para negarle su voto. Fundamentalmente dos: España iba a llegar a los dos millones de parados, una situación económica que tildó de "gravísima", y la OTAN, de entrada no.
«Nuestra vocación europea y occidental no debe, ¡no puede! -y si algo he aclarado ya de hecho- confundirse con ningún tipo de vocación atlantista inserta en la infernal dinámica de la política de bloques o de la política de superpotencias».
Entonces hubo un intento de golpe de estado militar, que, como todos los anteriores en la Historia de España, fracasó.
Solo año y medio después, Felipe González era presidente del gobierno, con la histórica victoria del PSOE del 28 de octubre de 1982, la primera mayoría absoluta de esta Segunda Restauración. El paro se disparó, entramos en la OTAN, González se pintó canas y se hizo la primera gran huelga general.
Hay que ver, cómo hemos cambiado...
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