lunes, 4 de octubre de 2010

Mendigos de Madrid para Mengele

El gobierno secuestraba mendigos como cobayas

Recientemente Ana Botella se metió en uno de esos jardines que encantan a sus opositores, llenos de peras con peras y manzanas con manzanas. Europa Press daba así sus declaraciones:
La delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, ha señalado los "60 puntos donde pernoctan más de 200 personas" en la calle como una "dificultad añadida" para mantener la limpieza del distrito Centro, que se unen a las acciones de los graffiteros y su "revaloración artística" de la ciudad y el especial entramado urbano de la zona, con vías estrechas y de gran intensidad circulatoria.

Lógico en el país del fariseísmo, saltaron como alimoches todos los que llevan desde 1986 -15 años- buscando infructuosamente carroña. Por añadidura, todos los que cuando oyen el nombre de Aznar sufren ataques a lo niña del exorcista. La simpar Mª Teresa Fdez. De la Vega alcanzó las cumbres del zapaterismo con una frase inmarcesible:

Ahora hasta, fíjese, en Madrid atacan a los mendigos.
Que un señor durmiendo en la calle, o coches en las aceras, o botellones varios, son una "dificultad añadida" para limpiar, es una obviedad tan grande que los aspavientos solo se entienden buscando votos en el telediario. Más aún cuando toda una vicepresidenta primera del gobierno contesta a una concejala de ayuntamiento. Además se camufla así el verdadero problema del Ayuntamiento de Madrid, cada día más socialista, que lleva 10 meses sin pagar los servicios de limpieza.

Y de fondo, ahí quedan, los sin-casa, los mendigos de Madrid.

Simultáneamente Manuel Cerdán, un veterano del periodismo especializado en la lucha anti-terrorista, presentaba también en Madrid su libro "El informe Jano", "resultado de una frustración, de la impotencia del periodista que se mueve entre hechos que no se pueden desvelar". Una historia novelada donde, casualmente, los mendigos vuelven a ser protagonistas.



En 1996, con el primer gobierno del post-felipismo, Julio Anguita, a la sazón coordinador general de IU, escribió una carta abierta al presidente José María Aznar. La prometida regeneración quedaba en agua de borrajas y la derecha del PP demostraba una vez más que en cuanto tocan moqueta son exactamente iguales que el PSOE. Anguita le reprochaba a Aznar su proyecto de ley de Secretos Oficiales y la negativa a entregar a la Justicia los papeles del Cesid. Razones de Estado, lealtad institucional y demás gaitas eran argüidos por el gobierno Aznar como justificación al encubrimiento de crímenes de Estado. De este modo, la mayoría de los asesinatos de los GAL quedarían para siempre en el limbo jurídico.

Don Julio Anguita se retiró con su modesta jubilación de profesor (renunció a la pensión como diputado), apestado para una casta que llamaba a su integridad "locura", pero respetado por los españoles que recuerdan aquel Quijote y su caballo de guiñol, Soberano. Hoy, del "programa, programa, programa" hemos pasado al "como sea, me la suda, como sea", y en las filas socialistas muchos suspiran porque Felipe González y sus amigos de Prisa hagan algo.

Entre los papeles del Cesid que exigía Anguita en el 96 estaba el informe Jano, de la inteligencia española. Daba cuenta de la denominada Operación Shuto, posteriormente rebautizada Operación Mengele. En 1988 el gobierno de Felipe González secuestraba mendigos en Madrid, en la Plaza 2 de Mayo, y experimentaba con ellos nuevas drogas buscando una anestesia que le permitiera raptar a José Antonio Urruticoechea, conocido como Josu Ternera, en Bayona. A alguno le rompieron la cara y terminó en el hospital, pero al menos uno de los cobayas humanos resultó asesinado por los efectos de la droga y se abrieron diligencias previas en la Audiencia Nacional. Se les fue la mano. Las dosis para un zamarro como Josu Ternera no eran extrapolables a un chaval mal alimentado que vive en la calle. El dossier super secreto que se redactó sobre aquellos hechos se llamó "Informe Jano". Por supuesto enterraron el caso y los asesinos quedaron impunes. El libro de Cerdán comienza con una carta de uno de los agentes que participó en el secuestro dirigida a la madre del chico para explicarle la verdadera historia de la muerte de su hijo.

Al cruzar el límite


Como en aquella película de Gene Hackman, las implicaciones del complejo de dios iban todavía más lejos. El que asociaciones como AVISE llaman "Doctor Mengele" del gobierno era Diego Figuera Aymerich, cardiólogo, codirector de la Clínica Puerta de Hierro de Madrid, a las órdenes del general Alonso Manglano. El coronel Juan Alberto Perote, ex jefe de la Agrupación Operativa de Misiones Especiales (AOME) del CESID (que fue encarcelado por difundir precisamente documentos del Cesid), expresa así la situación:
Manglano hacia lo que le decían Serra y González.


Eduardo Calvo es un empresario inmobiliario, fundador de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias y víctima del doctor Diego Figuera. Acusa al que llama "doctor Mengele" del Cesid de la muerte de más de setecientas personas por la implantación de unas válvulas cardíacas de su invención "que nunca funcionaron". La investigación estuvo paralizada hasta el año 1999 y finalmente la causa fue sobreseída a petición de la Fiscalía General. Ni siquiera un Recurso de Amparo ante el Tribunal Constitucional (pdf) arrojó resultados.

El caso de los experimentos con humanos y las llamadas "válvulas de la muerte" explotó en 1981:

Cientos de cadáveres a los que se les extrajo las meninges de su cabeza sin permiso de nadie, se supone que a ninguna persona se la ayudo a morir para extraer las meninges de sus cerebros, que después se convertirían en válvulas cardíacas vendidas por una empresa privada, propiedad de los Drs. Diego Figuera Ayimerih, del jefe de servicio de experimentación de la Clínica Puerta de Hierro, José Luis Castillo-Olivares Ramos, y de su esposa.


Según las estadísticas oficiales en los dos primeros años fallecieron el 75 % de los experimentados. La cifra final solo la conoce la Inspección Nacional de Farmacia y el Ministerio de Sanidad. Nunca se hizo pública y se ocultó incluso a los tribunales de justicia. Unas 2200 personas sometidas a experimentación, de las que fallecieron alrededor de 1200, personas pobres y en su mayoría de medios rurales. Lo denunció la Conferencia Episcopal, lo denunció la Fiscalia General del Estado, entidades y ciudadanos.La AVISE (Asociación de Victimas de Irregularidades en la Sanidad y en la Experimentación) estima la cifra de muertos entre 700 y 1.200 personas.

Por su parte, el doctor José Luis del Castillo-Olivares Ramos, como Catedrático Emérito de Cirugía de la Universidad Autónoma de Madrid, tuvo a bien dejar una explicación escrita de su trabajo.

Si preguntan por ahí, ahora que el doctor Figuera Aymerich está muerto (q e p d), les dirán que entró en la historia de la medicina. Fue el JEFE, así, con mayúsculas, "un reconocimiento al liderazgo y la excelencia de un ser superior". Y Felipe González un defensor de los Derechos Humanos, protector de mendigos. A Leire Pajín no le pregunten, dice que era algo "pequeñita" uó uó uó. No como Ana Botella, facha, malísima, nunca mais peras con manzanas y no a la guerra si es de Aznar.

PS
De acuerdo que esto de resucitar los GAL tiene toda la pinta de montaje entre los amigos Pedrojota y Zapatero, socios para frenar a González en la operación Solana. Rabiosa actualidad en la COPE de Buruaga, 6 años dando la matraca del 11-M y ahora Pedrojota les resucita los GAL. Pero, qué quieren, uno es débil y con los mendigos lo tenía a huevo.

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