miércoles, 1 de septiembre de 2010

La izquierda 1


La izquierda actual es una ideología profundamente reaccionaria, que no ha sabido adaptarse a la realidad de los últimos 50 años. Nada que ver con progreso. Que gran parte de la derecha española sea para darle de comer aparte no explica los vergonzantes niveles de zafiedad que se gastan sus opositores. La izquierda es un producto de márketing muy degradado (y exitoso) dividido en dos nichos de mercado, unidos principalmente por pan y circo (¿quién es el dueño absoluto del fútbol? PRISA y Mediapro). Un sector moderado, El País (quién te ha visto y quién te ve), y otro para preescolares, Público, donde acoger a los que viven en el s.XIX. Lo fundamental es que los dueños de ese mercado no se creen nada de lo que cuentan. PRISA juega con temas como el anticlericalismo, muy rentable, al mismo tiempo que es una de las mayores aportaciones económicas para la visita del Papa, con Sogecable. Mediapro (además del trotskismo caviar) alardea de republicanismo pacifista, financiado por inversores como los Colón de Carvajal... almirantes de la mar océana por la gracia del rey, los mismos que se llevaron 160 millones de dólares por apoyar la invasión de Iraq en tiempos de Felipe.

El estatalismo, el colectivismo, la planificación económica centralizada son características de esa tendencia totalitaria que llamamos confusamente "la izquierda". Está presente en todos los partidos, sindicatos y asociaciones del sistema. Alguno pensará que eso es el nazismo y el comunismo. Pues no, son los convenios colectivos, por ejemplo, y los comisarios políticos, vendidos en cada régimen según les convenga más o menos nacionalismo.



Cuenta Carlos Carnicero que el comisario político que tiene asignado (porque nadie dijo "que yo tuviera obligación alguna de someter mi pluma a la adoración incondicional de Rodríguez Zapatero"), puede que fuera "confidente o censor del régimen de Franco porque sus ticks son los mismos de la policía político-social". Suele ser esa una característica que no falla, si el papá de Joaquín Sabina era jefe de una brigada de la social en Málaga, el del doctor Montes era militar franquista. Los hijos de aquellos siguen en el mismo bando, contra la libertad, y cobrando por ello. A Carnicero le dicen sus lectores que es de "la extrema derecha", y alguno, después de llamarle "hijo de puta", se manifiesta "muy horgulloso de mi condición de socialista desde que se leer" (sic). Nivelazo.

Llamar, por ejemplo, izquierdista a Javier Solana sería un insulto, y si alguien le dice progre estoy dispuesto a batirme en duelo por defender al del PSOE. Pero no hay peligro, a Enrique Múgica le han llamado los de ERC "falangista" por defender la libertad frente al totalitarismo (a un señor que sí luchó contra la dictadura y sufrió cárcel por ello, nada que ver con los progres).

La izquierda no se va de vacaciones. Se esconde.

De izquierdas son los niñatos pijos del facherío progre, cuya máxima expresión representa la ser vivo Bibiana Aídolf (hallazgo de Pablo Molina y sus lectores), reservada por el gran timonel para cuando vuelvan a enviar primates al espacio. ¿Qué decir de José Blanco, el estadista? que mientras sigue anunciando inexistentes impuestos "a los ricos", continúa castigando -siempre- a los pobres. ¿Quién le ha llamado para hablar de economía? Da igual, hay que controlar el aparato del partido para cuando llegue el desastre (pregunten a Trini). O Leire Pajín, incluso ahora que ya la peinan, la subes a un campanario y los aldeanos huyen despavoridos como en aquella novela de Victor Hugo. Mami Pajín y sus izquierdistas homófobos han triplicado los gastos sin justificar en Benidorm (Ven-y-roba, comilonas, amiguetes enchufados, etc), 800.000 euros en 78 días, a 10.000 diarios. De "la izquierda" son Yogui y Bubu, que han convocado una huelguita (¿a quién le importa?), capitostes del sindicato vertical para oprobio de Marcelino Camacho y Nicolás Redondo. O Carod-Rovira, Josep Lluis, que roto su amor por Montilla solo volverá a emparejarse si algún día descubren a otro miembro de su especie. La Chacón pasa sus no-vacaciones de Almería hasta su lujosa villa de 600.000 dólares en República Dominicana, matan a tres españoles en Afganistán y dice que no la esperen, que es una misión de paz y el jefe huye del funeral para que no lo abucheen. El jeque Moratinos, inefable, que pasa con su amigo Raúl Castro la final del Mundial y cuando estalla lo de Melilla se va de crucero.

ZP: Humildemente me defino como un adalid de la paridad, justiciero de las mujeres, rojo feminista y anarcosindicalista

Al gran timonel no lo retrato -es un enigma científico- pero se amolda como un guante al prototipo de líder de la izquierda. "El habla es generalmente apresurada, con un tono alto, teatral, dramático, difícil de interpretar y con cambios radicales"... eso dicen los especialistas. Cuando el valido de don Emilio Botín se pone optimista antropológico es como una persona que "actúa de forma eufórica constantemente... puede que gaste más dinero de lo habitual, que compre cosas innecesarias". El Maquiavelito de Valladolid supera mis conocimientos de la psique humana. Baste consignar su frivolidad política adolescente, la constante improvisación, su ilimitada capacidad para contradecirse y el arte de decir a todo el mundo que sí. Como sus recetas para los españoles: diálogo y talante (para los exegetas: melasuda y keosdén). "Viven fantasías en las cuales ellos admiten tener relaciones especiales con personas reconocidas" (¡Obama!). Igual con litio se arregla.

Socialmente, además, la izquierda anula los derechos humanos (que son siempre individuales), y los sustituyen por ficciones de "derechos colectivos" que mantienen esa apariencia de libertad. En palabras de Ayn Rand:
"Los Derechos Individuales son los medios de subordinación de la sociedad a la ley moral". "Los derechos no están sujetos al voto público; una mayoría no tiene derecho a eliminar los derechos de una minoría". "La minoría más pequeña del mundo es el individuo. Aquellos que niegan los derechos individuales no pueden pretender además ser defensores de las minorías". "Si existes sólo porque la sociedad te permite que existas, no tienes derecho a tu propia vida. Un permiso puede ser revocado en cualquier momento".


Es por esto que el juez Vaughn Walker declaró inconstitucional en USA prohibir el matrimonio unisexual:
"Los derechos fundamentales no pueden estar sujetos a votación, ni pueden depender del resultado de ninguna elección".


Eso, los derechos individuales, obligan al presidente Obama a dar marcha atrás respecto a las células madre embrionarias: "La investigación con células madre embrionarias implica claramente la destrucción de un embrión humano", sentencia el juez Royce Laymberth. Por la misma razón que el Tribunal Constitucional español declaró inconstitucional la esencia del nuevo estatuto para Cataluña, por la misma que antes o después tumbará la nueva ley de aborto.

Considerando el nivel intelectual que adorna a sus líderes sería lógico pensar que "la izquierda" ya no existe. Pero ahí está, mírala mírala. Se puede defender a los trabajadores o ser de izquierdas, se pueden defender los derechos humanos o ser de izquierdas, se puede estar con los desfavorecidos o ser de izquierdas. Nunca ambas cosas, incompatibles entre sí. Lo difícil es definir sus ideas, si las hubiese, y eso será en la segunda parte.

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