Para mí que es una conspiración; se lo quieren cargar y ya no saben cómo. Aprovechan la idea que tenemos de lo que debería ser el Nobel de la Paz, y no de lo que es. Nos lo explicará el multimillonario conferenciante Gore, ahora que los hielos del Ártico han crecido sólo este año más que la superficie de toda España. O los herederos de Arafat, Peres y Rabin. La cosa es confundirnos, mezclar a Obama -que algo está haciendo y más que hará- con fantasiosos mitómanos como Rigoberta Menchú, capaces de inventarse su biografía y terminar apoyando terroristas.
Un bofetón en toda regla. Le dicen los gélidos suecos al cálido americano: eres otro Jimmy Carter, y por si tienes dudas compárate con Lech Walesa, Nelson Mandela o santa Teresa de Calcuta, que al negarse a participar en la comida de gala obligó a repartirla entre los pobres. Una conspiración.
Lo mejor es mirar quiénes apoyan el premio, ahí está claro que tiene que ser una conspiración de cretinos. El tirano medieval Karzai: "Es la persona adecuada"; Rajoy: "Justo y merecido reconocimiento"; López Garrido: "Si alguien se lo merece, ese es Obama" y Fidel Castro se ve "obligado a reconocer" que es "una medida positiva". Por el contrario, a los franceses casi les da un patatús, Walesa exclamó: "¿¡tan pronto!?"; los Ecologistas en Acción: "Un premio tan injusto como inmerecido", y Cayo Lara le pide "Que haga honor al premio retirando las tropas de Irak y Afganistán". Como Zapatero inaugure la presidencia de la Unión dedicándole el discurso, pobre Obama, lo van a echar a gorrazos antes que Ahmadineyad lance otro misil.
sábado, 10 de octubre de 2009
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