viernes, 24 de julio de 2009

Roma, requiem por un sueño

Tito Pullo (o Titus Pullo, Pullón, Pulcio, Pulción, Pulfio) y Lucio (Lucius) Vorenus son los personajes a través de los cuales discurre la Roma de John Milius. También fueron dos personajes reales, a los que menciona César en La Guerra de las Galias durante la rebelión de los belgas. Eran dos centuriones de la IX Legión, que los guionistas cambiaron por la XIII dado que esta cruzó el Rubicón. Ambos rivalizaban por conseguir promocionarse como Centurión Primus Pilus, jefe de centuriones de una legión, jefe militar sobre el terreno y brazo derecho del Legado. En palabras de César: "defendiendo el uno la vida del otro, sin que pudiera decirse cuál de los dos mereciese en el valor la primacía".
Este vídeo es mi pequeño homenaje a Roma, requiem por un sueño.

César elogia en sus “Comentarios” la actuación de la Novena, de su legado Cicerón, y habla sobre estos dos centuriones de manera sorprendente porque César es un hombre parco en halagos. Esto dice de Pullo y Voreno:
V-XLIV. “Había en esta legión dos centuriones muy valerosos, Tito Pulfion y Lucio Vareno, a punto de ser promovidos al primer grado. Andaban éstos en continuas competencias sobre quién debía ser preferido, y cada año, con la mayor emulación, se disputaban la precedencia. Pulfion, uno de los dos, en el mayor ardor del combate al borde de las trincheras: « ¿En qué piensas, dice, oh Vareno?, ¿o a cuándo aguardas a mostrar tu valentía? Este día decidirá nuestras competencias. » En diciendo esto, salta las barreras y embiste al enemigo por la parte más fuerte. No se queda atrás Vareno, sino que temiendo la censura de todos, síguele a corta distancia. Dispara Pulfion contra los enemigos su lanza, y pasa de parte a parte a uno que se adelantó de los enemigos; el cual herido y muerto, es amparado con los escudos de los suyos, y todos revuelven contra Pulfion cerrándole el paso. Atraviésanle la rodela, y queda clavado el estoque en el tahalí. Esta desgracia le paró de suerte la vaina que, por mucho que forcejaba, no podía sacar la espada, y en esta maniobra le cercan los enemigos. Acude a su defensa el competidor Vareno, y socórrele en el peligro, punto vuelve contra este otro el escuadrón sus tiros, dando a Pulfion por muerto de la estocada. Aquí Vareno, espada en mano, arrójase a ellos, bátese cuerpo a cuerpo, y matando a uno, hace retroceder a los demás. Yendo tras ellos con demasiado coraje, resbala cuesta abajo, y da consigo en tierra. Pulfion que lo vio rodeado de enemigos, corre a librarle, y al fin ambos, sanos y salvos, después de haber muerto a muchos, se restituyen a los reales cubiertos de gloría. Así la fortuna en la emulación y en la contienda guío a entrambos, defendiendo el un émulo la vida del otro, sin que pudiera decirse cuál de los dos mereciese en el valor la primacía.”
César, Comentarii De Bello Gállico. Libro V - 44.

Si no has visto la Roma de Milius, no tienes excusa. Estamos ante una de las mejores series de todos los tiempos, con momentos sublimes, un realismo apabullante y algunas licencias históricas comprensibles (otras no tanto: qué manía con cambiar el número de puñaladas a César... 23, fueron 23).

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