"Aquellos momentos eran aquéllos y no éstos. Entonces quería saber quién había matado a mi hija. Me equivoqué tanto que pido perdón otra vez. No tuve intención de ofender a nadie, pero la rabia es la rabia y el dolor es el dolor".
Son otros tiempos, es verdad, pero el domingo noche volvía a a hacer acto de presencia en una cadena nacional para seguir alimentando su teoría de la conspiración mundial.
El el juicio, donde no se cobra por hablar y lo que se dice tiene consecuencias, negó haberse referido a cuatro agentes de la Guardia Civil por sus nombres. La secretaria judicial leyó la transcripción de un vídeo de "El juí d'Alcàsser", de Canal Nou, donde García nombraba a los cuatro agentes que le denunciaron.
Cuando le preguntan sobre las presuntas calumnias que repitieron él y Juan Ignacio Blanco de plató en plató, con libros, discos, falsas asociaciones y dinero a capazos, responde que "hace tantos años", "no le puedo precisar" o "no recuerdo exactamente si fue así".
Juan Ignacio Blanco tampoco recuerda nada y, tras negarse a responder a la acusación, le leyeron frases textuales extraídas de los vídeos. Blanco, que firmó un contrato con Canal Nou, explicó que le "contrataron para opinar del tema". Dijo que nadie le había dado nunca una "contraseña de lo que tenía que decir ni había pactado nada", y que no tuvo "interés en molestarles [a los instructores]. Sólo he valorado su trabajo. Dije que pensaba que las cosas no se habían hecho bien y lo sigo pensando ahora".
García dice que la teoría de la conspiración en la que los asesinos no eran tales y se acusaba a policía, Guardia Civil, jueces, fiscales y políticos "fue una forma de expresión errónea". Sin embargo, aún se preguntó "¿Por qué no puede ser [que hubiesen torturado a Miquel Ricart], si lo ha dicho él?"
«Yo quisiera que cualquiera de aquí se pusiera por un momento en mi lugar; que sintieran el dolor como padre de haber perdido a una hija, la impotencia porque a mi alrededor sólo había vacío. El dolor era tan grande que había que contener la rabia. Matan a mi hija y me veo aquí, acusado, sintiendo vergüenza». La voz se le quiebra. «Intento rehacer mi vida, pero no me dejan. Porque aquel momento es éste. No ha pasado. Me equivoqué y ofendí a personas y pido perdón por ello, pero volvería a hacer lo mismo. No quise ofender. Nada más lejos de mi intención, pero la rabia duele».
La presentadora de "El Juí d´Alcàsser", Amalia Garrigós, dijo que "un periodista no puede asumir como propias las opiniones y expresiones de sus entrevistados". El director del programa declaró que "ni la presentadora ni yo opinábamos, fue el director de la cadena quien me dijo que intervinieran García y Blanco". Lo que es absolutamente cierto, porque la barra libre para injurias y calumnias atendía a una estrategia de márketing parecida a los casos que están siendo juzgados de Tele Madrid, COPE, El Mundo y Libertad Digital por su campaña de conspiraciones mundiales en torno al atentado islamista del 11M. La representante legal de Canal Nou afirmó que "el programa lo organizó el comité de dirección", "el director de Canal Nou, Jesús Sánchez Carrascosa, y el director de informativos".
Y es que no todo vale para hacer caja.
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