El País y EL MUNDO contra la Iglesia. Consenso Pagano-1

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Esta semana, la revista Época trae un reportaje de Enrique de Diego. En A Fondo de Radio Intereconomía lo anuncian como:
.-"Losantos y Pedrojota contra la Iglesia".
Con la llegada de agosto me despedí con un artículo que algunos amigos tildaron de "críptico", era:
"Hasta luego: Consenso de Paganos".
Bien, hoy podemos empezar a charlar sobre lo que, de manera premeditadamente oscura, intentaba apuntar entonces.
Este es mi propio análisis, en tres entregas.
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CONSENSO PAGANO .-José Donís Català

“Es propio de la tentación adoptar una apariencia moral: no nos invita directamente a hacer el mal, eso sería muy burdo. Finge mostrarnos lo mejor: abandonar por fin lo ilusorio y emplear por fin nuestras fuerzas en mejorar el mundo. Además, se presenta con la pretensión del verdadero realismo. Lo real es lo que se constata: poder y pan. Ante ello, las cosas de Dios parecen irreales, un mundo secundario que realmente no se necesita”.- Joseph Ratzinger. “Jesús de Nazaret”, 2007.

1.- La izquierda se preocupa por los católicos.
Este verano, el 27 de agosto de 2007, publicaba El País un artículo –uno más- contra la Iglesia, y lo hacía atacando una cadena de radio de vocación católica: “La COPE y los Papas”. No era casualidad; al día siguiente salía por fin el último libro de “el abuelo del mundo”, el Papa Ratzinger:

“Dado que no sé hasta cuándo dispondré de tiempo y fuerzas, he decidido publicar esta primera parte (...) me parecía urgente presentar sobre todo la figura y el mensaje de Jesús en su vida pública, con el fin de favorecer en el lector un crecimiento de su relación viva con Él”.

Esa es la directriz de cualquier medio no pagano: su intención “urgente” de presentar “la figura y el mensaje de Jesús”, favoreciendo en todos “un crecimiento de su relación viva” con Cristo.
En El País, su articulista Alfonso J. Vázquez Vaamonde, intentaba demostrar una diferencia entre el camino del Papa León XIII y el de “los obispos españoles” que “hoy, como ayer (...) siglo y medio después, van por otro”. Todo ello a propósito de su encíclica Rerum novarum (15 de mayo de 1891) sobre las condiciones de los trabajadores y el respeto que merecen. Lo interesante del panfleto reside en dos puntos:
.-Primero:

“A nadie puede sorprender que con esa clase de obispos en España pasara luego lo que pasó”.

Está hablando de 4.185 sacerdotes asesinados, 283 monjas, 2.365 religiosos y una infinidad de miembros seculares de la Iglesia, con casi mil mártires reconocidos. “A nadie puede sorprender”... Una persecución y matanza mayor que aquella ocurrida en tiempos de Nerón.
.-Segundo:
No es ningún reconocimiento de una cierta labor social de la Iglesia, sino una exposición del nuevo paganismo, sus dogmas y sus pecados laicos. Todos los lugares comunes del buen creyente progre están aquí reflejados. León XIII es una excusa para atacar a Juan Pablo II y defenestrar al Papa Benedicto.
Dan ganas de preguntarse: ¿En qué quedamos? ¿Los obispos españoles son diferentes? O, si con ello difamamos a los actuales pontífices... ¿Se puede hablar bien de un Papa pretérito?

León XIII o Juan XXIII están bien porque están lejos; cualquier obispo de Roma posterior no es lo bastante bueno para estos preocupados paganos tan interesados por la religión.
Se diría que la Rerum Novarum es lo último aceptable hasta el Vaticano II, y pare usted de contar... El resto, cosa de reaccionarios. Omite El País otras encíclicas sociales de la Iglesia y desde luego, según él, los peores enemigos del hombre sencillo son los papas actuales, empezando por Pablo VI:

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“Con Juan XXIII hubo un segundo intento de aggiornamento: el Conciclio Vaticano II. Otro nuevo soplo de aire fresco hasta que, cuando estaba quitando todo el moho de la Iglesia, llegó Juan Pablo II y volvió a cerrar la ventana. Ahora, Benedicto XVI le está poniendo la tranca para que ni aunque haya una tormenta se vuelva a abrir”.

No existen para el diario de PRISA las encíclicas Laborem Exercens en 1981, Sollicitudo Rei Sociales del 87, Centesimus Annus del 91, Veritatis splendor del 93 o Evangelium Vitae del 95, todas ellas obras de Juan Pablo II (el que “volvió a cerrar la ventana”), ni las tres anteriores de Pablo VI.

¿Y nuestro actual Papa? ¿Merece la condescendencia pagana?:
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“Benedicto XVI podrá ser más o menos integrista, pero lo que nadie le niega es que es un obispo inteligente y bien educado”.

¡Pse! –Se dice el autor- es un “integrista” (esto debe ser “malo”, suponemos), pero es listo y educado, no como los otros que además de “malos”, no debían ser “inteligentes” y tenían una muy mala educación (no tuvieron oportunidad de estudiar Educación para la Ciudadanía).
Esto dice el Papa Benedicto, ese “integrista”, en su último libro:

.-“Después de las experiencias de los regímenes totalitarios, del modo brutal en que han pisoteado a los hombres, humillado, avasallado, golpeado a los débiles, comprendemos también de nuevo a los que tienen hambre y sed de justicia (...) Ante el abuso del poder económico, de las crueldades del capitalismo que degrada al hombre a la categoría de mercancía, hemos empezado a comprender mejor el peligro que supone la riqueza y entendemos de manera nueva lo que Jesús nos quería decir al prevenirnos ante ella (...) que destruye al hombre, estrangulando despiadadamente con sus manos una gran parte del mundo”. -“Jesús de Nazaret”, J. Ratzinger 2007, pág. 127-128.

Muchos deberíamos aceptar nuestra condición de “integristas” pues, cuanto más escuchamos al Papa Benedicto, más nos confirma en la defensa de la libertad, en nuestra hambre y sed de justicia. Termina El País con una frase lapidaria:

.-“Aun así, no creo que Benedicto XVI sea capaz de soportar lo que dice la COPE durante 15 minutos”.

Sobre esto último nada se puede decir, pues la cuestión es saber si verdaderamente existe una diferencia de fondo entre lo que –aparentemente- están promoviendo unos medios y los que hacen sus –también aparentes- contrarios.
Vamos a intentar desentrañarlo.
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CONTINUARÁ...