miércoles, 7 de octubre de 2009

Yo también quiero que te atienda Montes

Mi iaia murió y nadie podía evitarlo. Sí pudieron sacarle sus últimos ahorros. Hija y esposa de republicanos, una década de exilio, expolio de bienes y toda una vida trabajando sirvieron para que uno de los doctores más prestigiosos de España, con calle a su nombre incluída, en uno de los mejores hospitales, nos pidiera llevarle a su despacho privado una enorme cantidad de dinero en negro porque era normal, "lo único que podría salvarla". Allí estuve yo, junto a otro familiar, con una bolsa llena de billetes como si me hubiera fichado el Cachuli. "Tengo que pagar a mi equipo" -nos dijo rodeado de maderas nobles. No me pregunten qué opino sobre quienes practican el encarnizamiento terapéutico.

No siempre se corre peligro de encarnizamiento. En marzo de 2005 la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (AVINESA), integrada en la FEDOM con sede en Bruselas, recibía un sobre con el anagrama del Hospital Severo Ochoa y matasellos del día 3, con denuncias sobre sedaciones. puso los hechos en conocimiento de Sanidad y la consejería, por lo que la ministra Elena Salgado y el consejero Lamela pasaron el caso a la Fiscalía. Las asociaciones Defensa de la Calidad Sanitaria (DCS) y El Defensor del Paciente (ADEPA) también mandaron un escrito al Fiscal Jefe (pdf) del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Manuel Moix, exigiendo que iniciara una investigación y manifestando su «estupor» porque pudieran «quedar impunes casos de presunta eutanasia activa en pacientes a los que se les ha administrado sin su consentimiento y estando contraindicado para su enfermedad dosis letales». El doctor Luis Montes presentó una querella criminal contra las asociaciones de defensa de los pacientes que hicieron públicas las denuncias.
El 7 de abril de 2005 la familia de un paciente, un hombre de 78 años aquejado de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que entró por su propio pie al hospital de Leganés y salió muerto, denunciaba al facultativo J.A.B.A. por un presunto delito de homicidio por imprudencia profesional. El médico, que entonces era solo residente, tomó por su propia cuenta la decisión de administrar morfina y no informar a la familia. Posteriormente declaró en el juzgado de Instrucción número 3 de Leganés que sí administró la morfina, pero para un mayor confort del paciente, y admitió conocer que los medicamentos suministrados estaban contraindicados por la Agencia Española del Medicamento en pacientes con insuficiencia respiratoria. El diario ABC publicó algunos de los historiales de sedación "contraindicada" a mediados de 2006.

Morfina, Tranxilium y Midazolam
No hubo Chanel, cocaína y Dom Perignon. Según el diagnóstico rubricado por 13 especialistas del Severo Ochoa, la Comisión de Mortalidad del propio hospital tras analizar las sedaciones terminales aplicadas a 42 pacientes en el Servicio de Urgencias entre 2002 y 2003, fechado el 9 de junio de 2003, 25 de ellos recibieron sedaciones no indicadas o excesivas, muriendo horas después. En 2004 se constituyó una Comisión de Seguimiento para evaluar lo denunciado por la Comisión de Mortalidad. En 23 casos durante 2004 se detectaron sedaciones "excesivas" o "no adecuadas". Además de cáncer, 18 de ellos «no oncológicos», con demencia senil, en coma u otras patologías. En todos los casos el método usado por los Sendero Luminoso consistía en administrar a los pacientes que consideraban oportuno un cóctel, habitual en sedación terminal, de morfina, Tranxilium y Midazolam. Todo surgió el año anterior, que no hubo Comisión de Mortandad, cuando los médicos detectaron cuatro casos de «sedación atípica» con resultado de muerte en las Urgencias del Severo Ochoa. La conclusión unánime: «posible relación», «todos ellos con el propósito de sedación terminal». Es entonces cuando el director médico del hospital, Fernando Gimeno, y el gerente, Jesús Rodríguez, encargaron a la Comisión de Mortalidad que investigara en secreto.
Los informes de la Comisión de Mortalidad de 2003 no se hicieron públicos en la memoria del hospital, al contrario de lo habitual, pero otros facultativos los filtraron a la prensa posteriormente.

El informe de los peritos judiciales (pdf) nombrados por el Colegio de Médicos de Madrid señaló 34 casos de "mala práctica" entre 73 historiales clínicos estudiados, quedando reflejados genéricamente en la posterior resolución judicial. El informe fue encargado por el juzgado número 7 de Leganés al Colegio de Médicos. Sus resultados (pág 10 y ss) son los que fueron, con o sin sentencias:
III. Que existe una identificación errónea entre la instauración de medidas paliativas, justificadas en la mayoría de los pacientes, y la aplicación de sedación terminal.
VI. Que existen 20 historias clínicas en las que se ha hecho sedación terminal en pacientes que, por estar en coma profundo, eran innecesarias y no están indicadas. Ello constituye una mala práctica médica.
VII. Que existen 10 historias clínicas en las que se ha hecho sedación terminal sin identificar el síntoma refractario y/o no se emprendían tratamiento específicos de control antes de iniciar la sedación terminal, y por tanto no estaban indicadas. Ello constituye una mala práctica médica.
VIII. Que existen 9 historias clínicas en las que no hemos podido alcanzar un
consenso sobre indicación o no indicación de sedación terminal.
IX. Que existen 4 historias clínicas en las que la sedación estaba contraindicada y figuran junto con sus comentarios en el apartado 111.4. La historia clínica no documenta enfermedad terminal, no está demostrado que el síntoma sea refractario al tratamiento habitual, y/o no existe justificación de la no existencia de una alternativa terapéutica. Esto constituye una mala práctica médica.
X. Que se han realizado sedaciones terminales con dosis injustificadamente altas de medicamentos y en asociaciones potencialmente peligrosas, lo que ha generado una situación de riesgo innecesario adicional a los pacientes de muerte por depresión respiratoria. Pese a ello, no es posible afirmar o negar con certeza absoluta si la causa directa de la muerte de alguno de los pacientes sedados fue la medicación administrada.


“Todo ha quedado en poco más de 20 casos de mala praxis”, declaró Rafael Simancas en un alarde de humanidad, el mismo Rafael Simancas que hizo saltar la liebre en el Parlamento al denunciar una “supuesta práctica continua de eutanasia activa sin consentimiento familiar, fuera de norma y ética en las urgencias hospitalarias de Leganés sobre un número indeterminado todavía de personas y durante más de tres años (...) al margen de toda normal moral”. Como no había delito comprobable dada la imposibilidad de realizar autopsias y los debates médicos corresponden al Colegio de Médicos o la Comisión de Mortalidad (que ya se habían pronunciado), la Fiscalía instó a retirar tal expresión del auto judicial, mala praxis, lo que se hizo en un segundo auto enmendando al primero (pág 12 auto 21/01/2008).
El informe del Colegio de Médicos de Madrid relata que se hicieron sedaciones terminales con dosis injustificadamente altas de medicamentos y en asociaciones potencialmente peligrosas. Y termina diciendo: "Pese a ello, no es posible afirmar o negar con certeza absoluta si la causa directa de la muerte de algunos de los pacientes sedados fue la medicación administrada". Algo parecido vinieron a afirmar los autos de 20 de junio de 2007 (pdf) y 21 de enero de 2008 (pdf), puesto que "hay una duda que no puede despejarse, dado que no pudieron practicarse las autopsias que hubieran determinado la causa exacta de la muerte. Que los pacientes pudieron morir por la sedación indebida o por sus enfermedades".

La cuestión del Leganés en seguida vino fagocitada por intereses sin nada que ver con el asunto, como eugenesia, eutanasia, ayuda al suicidio, el partidismo político, religioso o de distintos lobis, o el dinero que tanto preocupa a integristas socialistas y neocón. Cuestiones muy interesantes, sí, pero que no eran el tema denunciado. Nadie habla (salvo Montes en sus conferencias) de eutanasia, sino del derecho de toda persona a ser tratado en urgencias para sobrevivir, si no es posible ser derivado a planta, a su casa o a Cuidados Paliativos, y que en caso de que los de paliativos le administren sedación terminal sea informada previamente su familia.

La Coalition Against Assisted Suicide americana cita algunos problemas idénticos en nuestro sistema. Por ejemplo que un voluntarioso "eutanasiador" que cometa irregularidades, sólo tiene que decir que actuó "de buena fe" para estar protegido de cualquier denuncia. Esa es la situación en España.

El doctor Montes continúa como anestesista del Hospital Severo Ochoa, pero: “tampoco es cierto que haya sido todo en vano. Se ha acabado con aquellos procedimientos y se ha avanzado en la protocolización de las sedaciones terminales. Montes continúa en el Severo Ochoa, pero no ocupará cargos de confianza”. -Cristina Losada, Morfina Roja (pdf).
Ante el hecho inequívoco de que en cuanto lo apartaron del trabajo bajaron drásticamente las muertes en Urgencias, alguien puede argüir que se trataba de enfermos terminales, que todos ellos morirían en un plazo más o menos largo. Lo cual, además de incomprobable, requiere que fuera el Doctor Montes y su Sendero Luminoso quienes establecieran los criterios de selección, que no es el caso, pues la sedación en urgencias se aplica de acuerdo al principio de la dosis mínima eficaz. Contra todo criterio médico, los iluminados de Montes crearon un box específico para sedaciones, caso único en el mundo civilizado si tenemos en cuenta que desde febrero de 2002, una vez superada su fase de desarrollo, existía la unidad de Cuidados Paliativos del Servicio de Medicina Interna en el Severo Ochoa.
Tomás Toranzo Cepeda, vicepresidente primero de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias: «en Urgencias no se debe administrar sedación terminal. Poner una unidad de Cuidados Paliativos en este servicio sería una aberración (...) no hay tranquilidad, no hay intimidad, por lo que es sorprendente que puedan realizar estas supuestas prácticas».

Que aquello fueran o no sedaciones terminales, o eutanasia activa, quedará para siempre en el limbo jurídico, y no ayuda el saber que justo antes de la polémica, el 2 de septiembre de 2004, el presidente Zapatero y esposa, con Trinidad Jiménez, Gaspar Llamazares, Miguel Bosé, Boris Izaguirre y seis ministros acudieran al estreno de Mar Adentro. Menos aún que apenas seis meses después de comenzado el proceso el doctor Montes iniciara una campaña política a favor de los métodos eugenésicos y la eutanasia en la U.I. Menéndez Pelayo, que impartiera cursos de ‘Muerte digna, asistencia ante la muerte’ junto al doctor Miguel Casares, o que haya redactado en 2008 el ‘Manifiesto de Santander por una muerte digna’ de la Asociación Internacional de Médicos Progresistas. Actualmente lleva dos años seguidos impartiendo el curso magistral 'Eutanasia y suicidio asistido. Un derecho del siglo XXI', en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). No ayuda porque se supone que es un anestesista de urgencias.

Para sedaciones terminales existen los cuidados paliativos (en el caso de Leganés con servicio autónomo desde febrero de 2003), o el Hospital San José de Leganés (de la Orden de San Juan de Dios) que se ocupa de tales casos. Contraviene también la praxis médica de enviar a planta a dichos enfermos para que puedan estar en su propia habitación, o a casa, en un entorno tranquilo y acompañados de sus familiares. Eso es lo que cualquiera entiende por una muerte digna.
Tomás Toranzo Cepeda, vicepresidente primero de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias: «Los enfermos terminales van a Urgencias con mucha frecuencia, pero después de realizarles una valoración, si se precisa de tratamiento se les deriva a la Unidad de Cuidados Paliativos. Sólo en casos muy excepcionales se les seda allí mismo, pero parece que en Leganés era una práctica habitual».


Políticos, periodistas y otras gentes de mal vivir

Y si quieren hablamos de política con los del integrismo sociata o los neocón. Claro que, por aquello de humilde y proletario, uno no tiene esa irrefrenable tendencia de los aristócratas socialistas y neocones para aliarse con los poderosos. En plena campaña por el suicidio en Washington, el actor Martin Sheen, de larga trayectoria como activista por el pacifismo y el obrero, votante demócrata prestigioso que siempre apoyó a Obama en su reforma sanitaria, enumeró los argumentos contra la Iniciativa 1000:
- "una idea peligrosa que podría herir a las personas de bajos ingresos que necesitan cuidados médicos; es un paso atrás y os pido que votéis que no".
- "abriría un agujero que las aseguradoras utilizarán para recortar los pagos a inválidos y trabajadores pobres, animándoles al suicidio; es exactamente la dirección equivocada para la atención sanitaria de América"
- "se oponen las enfermeras, los grupos de discapacitados y 9.000 doctores de la asociación médica de Washington. La gente enferma necesita cuidados médicos reales, y no drogas letales".

Todo cuanto hizo Montes es perfectamente legal. Simplemente no ha habido ni habrá un pronunciamiento judicial al respecto porque es imposible exhumar los cadáveres. También son legales los insultos que se intercambiaron desde distintas cavernas. Simancas, una vez supo "quién" era Montes y rectificó su denuncia inicial, habló en el Parlamento de «asesinos en serie», «solución final, como en el holocausto nazi, y de Sendero Luminoso», del «pirómano que tiene al frente de la sanidad pública», etc. El de IU dijo que «para el consejero de Sanidad, hay asesinos de destrucción masiva trabajando en el hospital», y que el consejero trataba a los médicos como «asesinos en masa». De otra trinchera salían consideraciones como «Estamos hablando de asesinar a 200 personas», «de 54 o 57 casos… que les atizaban este beático laico para mandarlos al otro barrio sin conocimiento ni permiso de la familia», «se consideran señores de la vida y la muerte y que te sedan terminalmente». Es de dominio público que ambos son ahora ex: el ex-secretario socialista de Madrid y el ex-locutor de COPE. Montes tilda a quienes no comparten su mesianismo de “fundamentalistas religiosos”, “los de siempre”, opuestos a que “se aliviara el sufrimiento”. Ni la derecha polítitica ni el presidente de gobierno entraron al trapo del nuevo negocio. Cuando Zapatero abrazó a Montes en aquel acto de la plataforma PAZ, lo hizo de igual forma como abrazaba a cientos de creyentes.
Así que a mí también me parece estupendo que te atienda Montes, a ti, si es lo que quieres. Permítanme que mis médicos, como mis amigos, los escoja yo.

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