jueves, 29 de julio de 2010

Que no cunda el pánico, taurinos

Lo de prohibir e imponer en temas como los toros nunca surtió efecto. Ni el hijo de aquel primer Borbón, Carlos III, o el nieto Carlos IV, lograron abolir la fiesta prohibiendo los toros. La gente sigue consumiendo vino español, pese a Salgado, vendiendo bailaoras en las Ramblas y sacando su bandera en los taxis aunque multen los nuevos franquitos.

Prohibir e imponer es lo que tiene. Pasó con las lenguas de España, no lo consiguieron Felipe V ni Francisco Franco, imponiendo el castellano casi como lengua única. En los últimos 7 años, las personas que utilizan el catalán como lengua habitual, en Cataluña, han disminuido del 46% al 35%. Ese es el balance lingüístico del tripartito: un 11% menos de catalanes usan el catalán como primera lengua. Los que se declaran bilingües, castellano y catalán, aumentan del 4,7% en 2003 hasta el 12% en el 2008, mientras que el uso como primera lengua del castellano sigue aproximadamente igual, un 47,2% en 2003 y un 45,9% en 2010.

Aparte de esto, los discursitos pseudo progres y demás mamarrachadas, tan solo evidencian la falta de sensibilidad o de conocimientos para entender de toros. Esos fanáticos que quieren exterminar la raza del toro bravo deben aplicar sus reflexiones a quienes sí entienden: Federico García Lorca ("Los toros son la fiesta más culta que hay hoy en el mundo"), Antonio Machado ("Y antes que poeta, fue mi deseo primero, ser un buen banderillero"), Pablo Picasso, Salvador Dalí, Joan Miró, Rafael Alberti, Ortega y Gasset ("La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que sin conocer la primera, resultará imposible conocer la segunda"), Ernst Hemingway ("Las corridas de toros son muy morales para mí"), Manuel Azaña, Valle Inclán ("Una corrida de toros es algo muy hermoso").

O a grandes taurinos contemporáneos como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Pere Gimferrer, Pérez Reverte, Fernando Savater, Almudena Grandes, Sánchez Dragó, Miquel Barceló, Mariscal, Arcadi Espada.
A artistas como Gerard Depardieu ("Las corridas de toros son un arte sublime, es algo formidable"), Antonio Banderas, Miguel Bosé, Andreu Buenafuente, Ángels Barceló, Pepe Rubianes, Pedro Almodóvar, Imanol Arias, Josep María Flotats, Els Joglars, Albert Boadella, Jaime Urrutia, Juan Diego, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Luis Eduardo Aute, Andrés Calamaro, Albert Pla, Sara Baras.

A nuestros políticos taurinos: Julio Anguita, Alfredo Pérez Rubalcaba, Gallardón, Uxue Barkos, José Bono, Felipe González o Baltasar Garzón ("La fiesta de los toros tiene muchos aspectos positivos como para ser analizada tan simplistamente como se está haciendo, creo que no procede").

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