Además de los heridos muy graves por metralla de los que he dado nombre y apellidos, el número de afectados por metralla aquel 11M asciende grosso modo a un 38% del total.
Las cifras son:
Total, 1.856 heridos.
Son, aproximadamente 705 los heridos con metralla en sus cuerpos, un 38%.
Segundo: veamos cómo, según los parámetros de doña Carmen Baladía, que no hizo NINGUNA autopsia ni el 11M ni el 3 de Abril -NI UNA- considera perfectas las autopsias hechas a 191 asesinados en tan sólo 12 horas (16 autopsias por hora); pero no opina lo mismo de las realizadas durante semanas y con mucha mayor profundidad a los 7 suicidas de Leganés y a su víctima mortal, el héroe Fco. Javier Torronteras.
Discurso de Javier Gismero en la concentración de la AVT el 10 de junio 2006:
Mi nombre es Javier Gismero y soy una de las más de las 1500 victimas que resultaron heridas en los atentados del 11 de Marzo de 2004. El atentado, además de un 80% de sordera y de haber sembrado todo mi cuerpo con pedazos de metralla, además de truncar mi carrera profesional como militar, además de todo eso, me ha dejado otras cicatrices. Cicatrices aún hoy abiertas, y que difícilmente curarán.Cicatrices con las que siguen haciendo caja los buitres del dolor ajeno, Luis del Timo, el PPino, junto a los demás defensores de terroristas que actúan directamente CONTRA la AVT.
El hecho irrefutable de que los asesinados estaban llenos de metralla terrorista, y que su búsqueda no era una prioridad en las autopsias queda trájicamente plasmado en un ejemplo que cité anteriormente: don José Luis Sánchez, de la AVT que acudió a Ifema en busca de su mujer:
"Me acerqué a ella y le quité un clavo incrustado que tenía en la cara. ¿A mí me van a decir los de la teoría de la conspiración que no había metralla en los trenes?Parece que la Dra. Baladía no encontró aquel clavo que el marido de la víctima arrancó de la cara de su esposa... ¡No querrán decir Baladía y PPino que éste viudo de la AVT miente!
.-José Luis Sánchez, (AVT)"
INTRODUCCIÓN:
.-Por Morenohijazo.
La doctora Baladía, en su declaración ante la Comisión de Investigación, el 6 de Julio de 2004, confirma que los aparatos radiológicos sirvieron -fundamentalmente- para odontogramas:
Nos trajeron aparatos de radiología portátil para hacer odontogramas, nos trajeron todo lo que necesitábamos.
Así, explicó ante dicha Comisión los procedimientos de identifccación que se llevaron a cabo de la siguiente manera:
Los procedimientos de identificación fueron los que están establecidos por la Interpol. Seguimos los protocolos que se utilizan en los países de nuestro entorno cultural y de desarrollo. Fundamentalmente el grueso de los fallecidos fue identificado por técnicas dactiloscópicas.
También se identificaron a tenor de la ficha ante mortem y los resultados que se obtuvieron de las prácticas de las autopsias o reconocimientos necrópsicos. Hubo un porcentaje pequeño —ahora mismo no recuerdo el número exacto— por reportajes fotográficos. En primer lugar se adecentaba el cadáver, se le hacía la toilette y a aquellos cuyas facies se podían ver, se les realizaba un reportaje fotográfico. Primero se le enseñaba la foto a la familia y posteriormente, si la familia así lo hacía (nosotros lo aconsejábamos, porque los protocolos dicen que lo vean), se identificaba directamente aquélla.
También hubo un número de casos por odontograma forense, por estudios antropométricos; lo hizo el equipo de antropólogos forenses del Instituto Anatómico Forense de Madrid con odontólogos forenses.
Por estudio antropométrico, odontogramas y los últimos casos, aquellos que por su patología lesional eran muy difíciles de identificar, fueron los que quedaron sometidos a estudios de ADN.
La práctica pues de radiología diferente a los odontogramas debió ser excepcional, y en todo caso descarta que se realizaran radiologías seriadas de los cadáveres. El hallazgo de metralla mediante radiografias hubiera sido una mera casualidad
También repitió, una y otra vez, lo que ya sabíamos; que la prioridad fue la identificación:
...para el médico-forense el objetivo primordial, irrenunciable, es la identificación de los cadáveres.
Los médicos-forenses sabemos que si se falla en ese proceso, las consecuencias van a ser casi irreparables...
...cuando ya nos trasladamos a la Almudena seguimos colaborando con Policía científica. A mí me preocupaba muchísimo la identificación. Vuelvo a repetir que para todos los forenses la identificación de los cadáveres es algo fundamental...
...tuvimos una reunión conjunta en el Instituto Anatómico Forense miembros funcionarios del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, Policía científica del laboratorio de hemogenética y yo misma, de tal manera que les hice volver a tomar una serie de muestras y repasar todo aquello...
...hay una serie de datos que nos pueden ayudar muchísimo a la identificación, que, como he dicho al principio, es el fin primordial en una situación de estas características...
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PARTE I: LA CERTEZA MORAL Y LAS PRUEBAS CIENTÍFICAS
Dice (o dizque, como le gusta decir a mi ilustre paisano Jiménez Losantos) doña Carmen en la entrevista que le hace PPino para Libelo Digicual:
• "Certeza moral: Es una convicción que viene a ser el resultado de la suma de una serie de datos objetivos y otros subjetivos valorada por el individuo en cuestión, en este caso por mí. La certeza moral la tuve en las primeras horas del día 12 de que no existían terroristas suicidas entre nuestros muertos y la tuve por cómo se habían ido desarrollando las autopsias en aquellas 12 horas, del cotejo que íbamos realizando entre las fichas pre-morten policiales y los resultados de nuestros estudios necróxicos. Y tuve esa certeza moral tras ver los resultados que iban arrojando las identificaciones dactiloscópicas".¿Cuáles son esos “datos objetivos” valorados por ella, que le permiten llegar a esa “certeza moral” a unas horas tan tempranas como las primeras horas del día 12 de Marzo de 2004? De los “datos subjetivos”, ya ni comento, pues es evidente el patinazo que supone para una persona que quiere hacer pasar sus conclusiones por científicas, el hacer uso de sus “opiniones subjetivas”.
• "Certeza legal: Es una verdad que sin ser absoluta es suficiente para administrar justicia porque hay toda una serie de datos objetivos que permiten crear una conclusión como definitiva basada en conocimientos, datos científicos y lógicos. Esa certeza legal la tuve el 13 de marzo".
• "Certeza absoluta: Es la verdad irrefutable. La tengo el día 17 de marzo".
Pues, por supuesto, los “datos objetivos” son la ausencia, hasta el momento de que se habla, de ninguna prueba o indicio objetivo o científico de que hubiera un terrorista suicida. No aparecen cables, no aparecen restos adheridos a los cuerpos y, esto es muy importante, las identificaciones que se van conociendo no hacen coincidir ninguno de los cadáveres con presuntos islamistas o sospechosos de deriva fanática hacia el integrismo.
Durante su presencia en la Comisión de Investigación, Carmen Baladía quiso dejar sentada en varias ocasiones el carácter científico de sus deducciones:
CASTRO MASAVEU: ¿Había entre los cadáveres algún terrorista suicida?
.-BALADÍA: Pues, no. Desde un punto de vista técnico médico-forense, no encontramos. Esa fue una pregunta que se nos hizo en aquellos momentos que no alcanzo a entender.
No había ningún indicio, con base científica, que nos hiciera suponer que entre los fallecidos hubiera algún suicida. La patología lesional, las ropas, la ausencia de sustancia extraña en ropas o impregnada en la piel; si se me apura, la nacionalidad, aunque no es una cuestión médica y quizá no debía hablar de ella. No había nada, desde un punto de vista médico, que nos hiciera pensar entonces ni ahora que había un suicida dentro de los fallecidos
Hago notar la extrañeza que me produjo, cuando leí por primera vez estas declaraciones, esa coletilla (que repetiría varias veces) de ”no alcanzar a entender” que se pudiera plantear la posible existencia de un suicida. Debió ser la única persona en España que, tras la primera convicción de que se trataba de ETA, no se plantease la posible existencia de un atentado islamista: Y para que surja esa idea no hace falta ser científico: sólo ler la prensa.
Sigamos:
CASTRO MASAVEU: Desde el primer momento en el que toman una visión global de la situación y de qué es lo que se encuentran allí, en ningún momento tienen dudas o sospechas de que pudiese haber uno o varios suicidas porque científicamente nada les hacía pensar que esto pudiera ser así.
.-BALADÍA: Como usted muy bien ha dicho antes, como fue un récord, a las doce horas o doce horas y media de haber iniciado las autopsias ya las habíamos concluido y conocíamos todos los cuerpos, sus fragmentos, sus ropas, sus pertenencias, sus tatuajes, sus pearcing, de tal manera que ya sabíamos, a las doce horas de haber iniciado las autopsias, que no había ningún dato que nos hiciera pensar en la existencia de un suicida.
¿Es ello suficiente? Es evidente que para una persona desapasionada, con mente científica y objetiva, la certeza no se podrá haber alcanzado al menos hasta que se hayan identificado todos los cadáveres y comprobado que todos ellos son padres de familia, respetuosos con la ley, amantes de sus hijos, no practicantes de ningún club ni foro violento ni de ningún círculo integrista. Y aún así, podría quedar la duda de si los ficheros de la policía pueden estar atrasados o incompletos. Pero, desde luego, mientras quedase un solo cadáver por identificar, la posibilidad de que se tratase de un terrorista suicida estaba ahí, sobre la mesa. Tanto más cuanto que los cadáveres de terroristas suicidas cuentan entre los más destrozados y menos reconocibles.
Nuestros parlamentarios, que tontos no son, se dieron cuenta y no dejaron de preguntar:
CERDÀ ARGENT: Por tanto, usted el día 17 firma el informe en el que afirma científicamente que no hay ningún suicida…
.-BALADÍA: Los médicos forenses no encontramos datos.
CERDÀ ARGENT: No obstante, los días 18 y 19 aún quedan 20 cadáveres o restos de cadáveres por examinar. ¿No le parece un poco imprudente afirmar que no hay suicidas cuando quedan restos?
BALADÍA: No, señoría. Vamos a ver. Los restos que quedaban eran por estudiar los resultados de ADN; estábamos esperando los resultados de ADN, pero esos restos estaban más que vistos por parte de los médicos forenses, por parte de Policía científica y por parte del Instituto Nacional de Toxicología, que habían tomado las muestras necesarias para practicar los estudios de ADN.
Es decir: no sabíamos quienes eran, pero como no habíamos encontrado cartuchos de dinamita o cables adheridos con cinta aislante, ni tatuajes de “Palestina libre” ni “piercings” con la cara de Saddam Husein... Luego veremos cómo la doctora hace caso omiso de su propio silogismo, en una muestra más de ese razonamiento circular que tanto les pone a los conspiracionistas.
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PARTE II: EL PERFECTO TERRORISTA Y EL RAZONAMIENTO CIRCULAR
¿Es suficiente con que ninguno de los cadáveres presentase bombas adheridas a los cuerpos, cables, temporizadores o un enorme botón rojo que indicase “Auto destrucción”? Vayan a preguntarles a los Israelíes. Nuevamente el manual del Perfecto Terrorista. A los conspiracionistas les parece prueba suficiente de que no se trata de terroristas suicidas que no lleven la bomba pegada al cuerpo, pero cuando la llevan, también ello es indicio de que no se trata de un suicidio, como afirma con desparpajo en la 2ª parte de la entrevista a la doctora Baladía por PPino y Libelo Digicual.
En realidad, nada obliga a que un terrorista lleve una mochila agarrada a la espalda, o dinamita adherida al cuerpo con esparadrapo. La dinamita puede ser llevada en un bolso de mano o mochila, y la presencia del terrorista hasta el momento de la explosión se justifica en el hecho de que nadie curiosee la mochila o entre en sospechas al verla abandonada, como saben para su desgracia en Israel. Recuerdo que algunos peones objetaba, precisamente, la poca seguridad de dejar abandonada una mochila a su suerte. O puede llevarla en la mano hasta que explote, y la fuerza de la explosión lógicamente separará la mochila de la mano, que seguramente irá al Paraíso de las manos a tocar el arpa...
Los parlamentarios tampoco omitieron esta posibilidad...
OLABARRÍA MUÑOZ: ...Es decir, uno puede pensar en un suicida simbólico, con la mochila, la bolsa puesta en la espalda; puede pensar en una persona que deposite la mochila en un lugar próximo a su presencia material; puede pensar en un suicida que deposite una mochila e intente huir —al final, podíamos estar hablando técnicamente de un suicidio, aunque de otra naturaleza—. Yo no sé hasta qué punto desde esa perspectiva los niveles técnicos o científicos para la depuración de las características de la existencia de un suicida o no tienen un nivel de perfeccionamiento, un nivel de aproximación científica tal que permita una aseveración tan enfática, tan clara como la que ha hecho usted. Me gustaría saber si además tiene usted algún tipo de experiencia en la —llamémosle— etiología de este tipo de suicidas tan especiales.
.-BALADÍA: Respecto a que alguien pudiera haber estado en el tren y luego hubiera salido, tras haber dejado la mochila, al no estar fallecido no es un suicida, es un homicida en términos médico-legales. Por la experiencia que tenemos, como ciudadanos —no estoy hablando como médico- forense—, del terrorismo, son determinados grupos de determinadas religiones y de determinadas nacionalidades.
Al respecto tengo que decir que teníamos fundamentalmente españoles entre los muertos y luego creo que teníamos 16 rumanos, 5 ecuatorianos, 4 búlgaros, 4 peruanos, 4 polacos, etcétera, y 3 marroquíes. De los marroquíes uno nos llegó del hospital a Ifema, porque había recibido tratamiento hospitalario y luego los otros dos, que eran un hombre y una mujer, fueron levantados sus cadáveres en la estación de El Pozo. Según la literatura no presentaban ningún signo que nos permitiera hacer ese diagnóstico.
Nótese que sólo responde al caso más fácil, la posibilidad de que el terrorista hubiera estado en el tren y se las hubiera pirado, en cuyo caso, evidentemente, no es un suicida. Pero Baladía no dice nada sobre la posibilidad de que el asesino permaneciese al lado de la bolsa, o llevándola en la mano, o incluso llevándola sujeta a la espalda por las tiras de la mochila, en cuyo caso es muy probable que tras la explosión se hubiera desprendido del cuerpo.
Pero es que encima da una muestra del razonamiento circular antes comentado: Antes dijimos que no había terroristas suicidas porque, pese a que no conocíamos a todos, los cuerpos no presentaban datos científicos que hiciesen sospechar la etiología suicida. Ahora resulta que, cuando se nos recuerda que hay suicidas que no llevan las bombas adheridas al cuerpo, argumentamos que no había ningún marroquí sospechoso entre ellos. Pero ¿no había quince o veinte cadáveres sin identificar?
Eso sin perjuicio de recordar que hay terroristas suicidas que no son marroquíes, argelinos ni árabes de raza. Su razonamiento es muy imperfecto, doctora. Obsérvese cómo descarta que un marroquí pueda ser un terrorista asesino:
Por las características de las ropas en el caso del varón —una camisa de cuadros roja, un jersey gris, un pantalón de lana—, por las lesiones de su cuerpo en la zona posterior, no sé en qué sentido del vagón iría, pero la onda expansiva le vino por detrás.
¿Qué quería que vistiese? ¿Uniforme fedayin? ¿Equipo Tedax? ¿Kufiyah? Imagino que hubiera preferido Txapela. Pero todo no puede ser, doctora.
...Y que recibiese la onda expansiva por la retaguardia es lo que yo sospecharía si se lleva una mochila a la espalda. Usted, no sé.
¿Es que no se dieron cuenta los parlamentarios? ¡Por supuesto que sí! Releyendo atentamente la declaración ante la comisión, tengo la convicción de que los comisionados salieron con más dudas de las que entraron sobre la imparcialidad de la doctora Baladía en cuanto a la precocidad de la declaración de que no había suicidas.
El intercambio de razones con el parlamentario OLABARRÍA MUÑOZ, del PNV, fue tan tenso que se creyó obligado a decir:
OLABARRÍA MUÑOZ: Para cambiar un poco el tono del interrogatorio, la felicito de nuevo.
Pero estamos a 6 de Julio de 2004, los servicios forenses han trabajado muy bien, y toca felicitarles; atacar a la doctora sería denunciado como un acoso intolerable (más o menos como atacar a la Policía, los Tedax, la Guardia Civil, los jueces... pero eso es otro tema) y por encima de todo, no ha aparecido ningún indicio posterior al 11-M de un terrorista suicida. Como dirían los peones, la dejaron ir viva...
Y ya se cuidó la forense de no levantar la liebre durante el juicio... Lo hace ahora, en la tele del partido (realmente al revés: el partido de LD), como aquel señor esperando juicio llamado Díaz de Mera.
PD:
Esta tarde veremos el tema de "los suicidas de la SER".
A más de uno le interesará saber que hay confirmadas dos de las "fuentes" que se citaban... Una es Pedro J. Ramírez con su entonces amigo y aliado Rodríguez Zapatero; pero la otra "fuente" que habló públicamente sobre unos posibles suicidas fue, ni más ni menos, que doña Carmen Baladía.
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