Me dice un conocido cienciólogo, con la cordialidad que le caracteriza, lo siguiente:
Hola José, creo ya haberte dicho que Cienciología no esta inscrita en España como secta. De hecho, como bien sabrás, no existe dicho tipo de registro y lo que tu dices no es más que una opinión y no una información. Parece como si estuvieras obcecado con nosotros, pero bueno, sin rencor. Tiempo al tiempo. De momento, podrías ir visitando www.iglesiadescientology.es
Rencor ninguno. Esto es una opinión sobre un ente inscrito en la "Sección Especial" del "Registro de Entidades Religiosas" para "Confesiones Minoritarias" desde enero de 2008, y de ninguna manera un ad hominem. Comprendo que pueda molestar mi opinión a quien, de buena fe, crea en espíritus extraterrestres que nos habitan o en que las enfermedades mentales y la bioquímica cerebral no existe. Incluso admito que la dirección oficial y sus feligreses pueden estar muy lejos de la complejísima estructura de mando real. Esta pequeña iniciativa se dirige a esa estructura, sea la que fuere, que más o menos queda reflejada en el siguiente diagrama:
La Embajada de los EEUU en España, en su Informe Sobre Libertad Religiosa 2006 describe con bastante exactitud la situación previa:
A la Iglesia de la Cienciología le ha sido denegada la inscripción como entidad religiosa en España desde que lo solicitó por primera vez en 1983. En 1990, el Tribunal Supremo ratificó la decisión de denegar la inscripción. En 1983, una organización que afirmaba estar ligada a la Iglesia de la Cienciología presentó una solicitud de inscripción en el Ministerio de Justicia. El Ministerio de Justicia rechazó esta solicitud. Después de que, en 2001, el Tribunal Constitucional decidió que se inscribiera a la Iglesia de Unificación y de la apertura de una nueva Iglesia de la Cienciología en España, en octubre de 2004, la Iglesia de la Cienciología volvió a presentar una solicitud. Sin embargo, en mayo de 2005, el gobierno denegó la solicitud y se negó a inscribirla aduciendo que el Ministerio de Justicia no tenía autoridad para revocar la decisión del Tribunal Supremo de 1990 a través de una acción administrativa. La Iglesia de la Cienciología interpuso un recurso de apelación contra esta denegación.
Responsables de la Iglesia de la Cienciología sostenían que la organización que presentó la solicitud en 1983 no estaba ligada a la Iglesia de la Cienciología y que la decisión de 1990, basada en lo dispuesto en la ley de que una religión debe rendir culto a un Ser superior, fue revocada por la decisión del Tribunal Constitucional de 2001. Afirmaban que, en virtud de la decisión del Tribunal Constitucional, la Iglesia de la Cienciología debería ser inscrita. Los funcionarios del Ministerio de Justicia sostenían que la decisión de 2001 era sólo aplicable a la Iglesia de Unificación y que la Iglesia de la Cienciología debe seguir el caso a través del sistema judicial. La oficina de Asuntos Religiosos declaró que la doctrina, la estructura organizativa y los dirigentes de la Iglesia de la Cienciología eran los mismos que los de la organización que presentó la solicitud en 1983 y a la que le fue denegada la inscripción en aquel momento. Las autoridades manifestaron que el gobierno no interferiría en modo alguno en las actividades de la Iglesia de la Cienciología.
Finalmente, por mandato judicial de la Audiencia Nacional, el Ministerio de Justicia inscribió la Cienciología en el RER. Eso, por supuesto, no tiene nada que ver con la consideración o no de dicha entidad como secta, y menos aún como "secta destructiva", por mucho que EL PAÍS se empeñe en dar titulares engañosos. Por esto no me extraña que sea también EL PAÍS el que abre sus puertas para la propaganda de Cienciología, ni debe extrañar que hayan otros dando espacio a sus críticos:
"Que todos los hombres tienen derechos inalienables a pensar libremente, hablar libremente, escribir libremente sus propias opiniones... Y a oponerse, pronunciarse o escribir sobre las opiniones de otros".
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